De no tener nada, "El Buki" se convirtió en un ídolo - Libertad Guerrero Noticias

De no tener nada, "El Buki" se convirtió en un ídolo


Por Rogelio Segoviano
Agencia El Universal

CIUDAD DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).-  Apenas termina la última presentación pública que tiene programada en diciembre de cada año, sea en el lugar que sea, el cantante y compositor Marco Antonio Solís manda llamar a su peluquero de muchos años para que le corte totalmente barba y bigote. La melena apenas si se la toca, una despuntadita cuando mucho. Y es que enero es el único mes del año en que, aprovechando que en muy contadas ocasiones tiene compromisos de trabajo en su agenda, El Buki, como todos lo conocen, luce un rostro limpio, bien rasurado. Ni parece que fuera él.
Cualquiera pensaría que al artista michoacano no le gusta que nadie ajeno a su círculo más cercano lo vea así, pues no se parece en nada al Marco Antonio Solís que la prensa y sus admiradores guardan en el imaginario colectivo. Pero al contrario, durante el poco más de un mes que luce sin barba ni bigote —dos elementos que forman parte esencial de su imagen y personalidad— no se esconde de nadie ni sale a la calle con un velo en la cara. Eso sí, es discreto y evita las fotografías con los fans y los lugares en donde podría haber paparazzi, pero no deja de hacer su vida con normalidad al lado de su esposa Christianne y de sus hijas Allison y María. Confía en que quienes lo lleguen a ver así se quedarán con la duda de si era él o no.
"Desde hace como 30 que me dejé crecer la barba en forma permanente, y sólo en el mes de enero me verán rasurado, que es cuando estoy en casa la mayor parte del tiempo. Y si me la deje crecer no es porque dijera: 'Miren, qué bonita me sale la barba, está bien cerradita y me veo bien galán'. No, no fue por eso. La verdad es que no me corto la barba muy seguido porque tengo la piel bien delicada y luego luego se me irrita la cara cuando me paso el rastrillo o la rasuradora. Es un tormento andar así", cuenta Marco Antonio Solís en entrevista. Agrega El Buki que desde chamaco, cuando trabajaba como repartidor de medicinas en la farmacia de su pueblo, tenía ese problema en la piel, pero no fue sino hasta que cumplió 24 o 25 años que decidió dejarse la barba y que esa sería su nueva imagen.
Originario de Ario de Rosales, Michoacán, Solís revela que desde pequeño soñaba con triunfar en el mundo de la música, aunque nunca imaginó que llegaría tan lejos, y menos que sus discos venderían más de 20 millones de copias. Si bien acaba de cumplir (el pasado 29 de diciembre) 54 años de edad, el cantautor tiene casi 44 años de carrera, toda vez que formara a los diez años, junto a su primo Joel, El dueto Solís. Incluso, en 1970, siendo niños, llegaron a participar en una emisión del programa de televisión Siempre en Domingo, con Raúl Velasco.
"Vengo de no tener nada. Yo era repartidor de medicinas en un pueblito de Michoacán. Luego, en la Ciudad de México, también le hice a todo: Un poco a la construcción, lavar carros y todo eso que hacemos cuando necesitamos salir adelante en la vida", dice Marco Antonio, quien en 1975 —luego de haber firmado con su primo Joel un contrato con la disquera Melody—, decidió ampliar el dueto y crear un grupo de música popular para competir con Los Terrícolas, Los Pasteles Verdes y Los Ángeles Negros, agrupaciones que empezaban a tener gran éxito en bailes masivos con temas de corte romántico. Ahora, el quinceañero sólo tenía que encontrar el nombre adecuado para su nuevo grupo, y fue así que lo bautizó como Los Bukis, que en dialecto yaqui significa "los niños", pues por su edad así los llamaban muchas personas del medio artístico. Falso amor es el primer álbum que graban, del que se desprende su primer gran éxito "Casas de cartón", un tema de corte social del activista político venezolano Alí Primera.
Treinta y ocho años después, a finales de 2013, Marco Antonio Solís continúa más vigente que nunca gracias a su participación como coach en la tercera temporada del programa La voz… México, y presenta su álbum Gracias por estar aquí, el cual se ubica en los primeros lugares de ventas físicas y descargas digitales en sus primeras cuatro semanas.


—¿Qué significa para ti la salida de un nuevo disco? ¿Es como tener un hijo, como iniciar una nueva etapa en tu vida? —le pregunto al Buki.

Gracias por estar aquí es un disco que, particularmente, tiene una connotación especial en mi vida, porque me alejo de lo que venía haciendo y aquí experimento con sonidos más nuevos, más actuales. Yo creo mucho en que la juventud es la energía que mueve ahora al mundo, y necesitan propuestas diferentes. En mi caso, yo estoy como adaptándome a todo esto. Creo que es importante darle romanticismo a la juventud, y este disco contiene eso: canciones profundas y buenos mensajes, pero también elementos nuevos musicalmente hablando. Entonces, a partir de esto, quiero inclinarme más al pop, más a la juventud.

—¿No es un discurso que se repite con el lanzamiento de cada disco?

—No, no, no… El que hice anteriormente, En total plenitud, era un disco muy conservador, pero este tiene elementos nuevos: más guitarras, un beat nuevo, diferente, una energía distinta, porque va dirigido a la gente joven que busca romanticismo. Me parece que los jóvenes necesitan otras expresiones en su música y hacia allá quiero perfilarme. Claro, no tan drásticamente, pero ahí les voy con esta nueva producción musical.

—¿Te costó trabajo encontrar los sonidos y las letras que buscabas para este disco dirigido a los jóvenes?

—Es todo un proceso que se va dando en el estudio, porque a veces uno piensa en ciertos sonidos, pero sobre la marcha se van agregando otros. Por ejemplo, ya cuando creíamos tener los sonidos que buscábamos, llegó un guitarrista americano muy bueno, quien hizo su aportación. Empezó a jugar con algunas cosas, modificó nuestros arreglos musicales y, al final, nos aportó mucho, nos vino a enriquecer el trabajo y le generó otras atmósferas a las canciones. Todo ese proceso me hizo aprender mucho también. Y así fue con cada elemento de la banda que participó en la grabación. El baterista que estuvo ahí tiene el mejor beat que haya escuchado jamás. Y el bajista también hizo lo suyo. Todos los músicos influyeron en este trabajo y le dieron otro sentido al proyecto original, pero fue para mejorarlo.

—Aunque sea un disco solista, el trabajo es grupal, supongo...

—Sí, muy grupal. Desde el ingeniero, el arreglista, el coro, los músicos…, es muy grupal y eso me gusta. Los dejo escuchar cada canción una y otra vez. Todos aportan, juegan y disfrutan.

—¿De verdad eres tan receptivo a las propuestas musicales que te hacen?

—Totalmente. Me gusta mucho, porque todos estos muchachos tienen muy buenas ideas y son detalles que a veces uno no lo ve de ese modo. Me gusta que me sugieran y ese coincidir es lo que nos da la seguridad de decir: “Bien, ya lo tenemos, hay que seguir por aquí”.

—También debe de haber canciones en donde dices: "Aquí nadie le mueve nada".

—Sí, soy muy exigente y quisquilloso en ciertas cosas, en ciertos detalles. Ya con tantos años de experiencia creo mucho en ciertos sonidos. Y desde los demos que yo hago con mi guitarra en solitario, esos sonidos que busco están ahí latentes y entonces sí, nada ni nadie harán que los modifique.

—¿Cuándo haces una canción piensas en lo que a tí te gusta o en lo que le puede gustar al público?

—Primero lo que me gusta a mí. En ese sentido, soy un tanto egoísta: Cada canción me tiene que gustar a mí primero. Bueno, a veces pienso en hacer una canción siguiendo una fórmula ya probada con sonidos pegajosos y repetitivos que sé que la gente los recibiría muy bien, con estribillos y coros facilones, pero que en el fondo no me gusta. Y por más que me digan que ese tema será un éxito y que al público le gustará mucho, si a mí no me gusta y me convence al 100 por ciento, entonces no la grabo.

—Antes de venir a la entrevista  escuchaba una vieja canción de Los Bukis, su primer éxito: "Casas de cartón", con un estilo bien diferente a la música que harían después.

—Ya ni me lo recuerdes. Ese tema de protesta es fabuloso, es de Alí Primera, un compositor venezolano que ya murió y  tenía algo de poeta y guerrillero. Su canción la descubrí en una estación de radio en La Piedad, Michoacán. Estaba yo muy joven y desde que la escuché me impactó, tal vez me sentí reflejado en lo que dice. Me gustó el mensaje. Investigué de quién era y me propuse grabarla. En la primera oportunidad que tuve la grabé con Los Bukis, a mediados de los 70. Tanto me gustó, que muchos años después la volví a grabar ya como solista y con otros arreglitos. Todavía al día de hoy "Casas de cartón" me sigue gustando y emocionando mucho.

—"Casas de cartón" habla de la desigualdad social y del abismo que existe entre ricos y pobres… ¿Te gustaría grabar un disco con canciones de protesta, con temas sociales?

—Hace falta, sí, hace falta. Todo bien dicho es aceptable. Se puede hablar de todo. Sí, lo he pensado, pero a veces esas canciones no se prestan con el concepto del disco que viene. Pero en un futuro, si un proyecto se presta más a esto, a tocar temas sociales, lo haremos. Igual y en una de esas hago un tema hasta movidito, que sea disfrutable para bailarse, pero que tenga ese mensaje social.

Enero/19/2014
www.libertadguerrero.net
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Edición: Fracalo

Libertad Guerrero Noticias, periódico online editado desde el puerto de Acapulco, Guerrero, México, bajo la dirección del periodista Francisco Cárdenas López (Fracalo). Contacto: fracalo2001@yahoo.com.mx

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