Buscan a Tláloc como culpable…
Me acuerdo cuando víctimas de las represalias en un sexenio, coincidimos en Excélsior y el semanario Quehacer Político mi admirada Manú Dornbierer y el que escribe, pero ella por aquello de la precaución elemental evitaba decir nombres, creando sabrosos cuentos desarrollados en una república bananera. El más largo de ellos lo hizo un estupendo libro, intitulado “Los Periodistas mueren de noche”.
En mi primer novelita publicada en junio de 1988, había yo recurrido al disfraz de las identidades en un país llamado Novahispania y varios cuentos políticos publiqué también en el Diario de más circulación en Acapulco, por algunos años a mediados de la década de los noventas…
Dadas las actuales circunstancias en Guerrero, cuando otra gran provocación a la estabilidad política parece haber acontecido el sábado pasado en Atoyac, aplico hoy ese recurso literario para entretener a los amables lectores dejándoles de tarea imaginarse ustedes los nombres reales de personajes ficticios, en situaciones que parecerían coincidencias con la vida real. Gracias de antemano por su comprensión, pero además la maestra Teacherina anda en los rosarios de la activista asesinada en el puente provisional al que obviamente le pondrán Mesino…
Va entonces un cortito cuento político:
Erase una vez en el virreinato tropical de los cocos, que la aristocracia de la burocracia quiso festejar con bombo y platillo los doscientos años de un suceso histórico acontecido en la culta ciudad eólica de Chupantzingo el Bravío, que hasta su tremenda desenmugrada y repintada le dieron a la plaza principal.
Contentos algunos por haber sido de los pocos invitados al festejo bajo techo en homenaje al cura arriero, que sí se partió el alma y le costó la vida combatir apoyado por caciques adinerados contra la corona española por lograr la independencia, triunfo que no alcanzó a ver pero concretaron aguerridos e indomables guerreros natos de ese territorio al inicio de la tercera década del Siglo XIX, con la taimada alianza de un militar realista traidor y ambicioso que se autonombró Emperador.
La magna fiesta que sentaría precedente mundial estaba prácticamente lista para un viernes con número cabalístico; sería un largo fin de semana en el virreinato pues para el sábado se trasladarían a curársela festejando también los primeros doce meses del Marqués del Puerto, en calidad de oidor del virrey tan querido de los plebeyos por su ánimo angelical y bonhomía.
Incluso habría un monumental desfile de bailarines y músicos folclóricos junto al mar y la noche del domingo; conmemorarían con verbena popular aquel campanazo del inicio de la guerra de insurgencia que diera otro curita famoso, para que el lunes contemplaran el vistoso desfile de los hombres de armas.
En planes virtuales todo estaba perfectamente organizado y habría inédita afluencia de visitantes del resto del reino, que dejaría una derrama en millones de dólares muy necesarios para el Fisco Real y el aldeano.
Pero cuentan que esas paredes que oyen, como las inventó el jorobadito literato siglos antes, chismosearon que algún vigilante del clima recibió una advertencia de peligro de parte del palacio del monarca de Novahispania, para prevenir a los vasallos de guarecerse en sus hogares ese exacto fin de semana porque se esperaban torrenciales aguaceros incontrolables y altamente peligrosos, incluso el Rey efímero copetón cancelaría su visita por eso de las aguas…
-¡Ah chingá chingáaa!. ¿Estáis tontejo de la cabeza… pedazo de zoquete?-Dijo uno de los principales de la Corte sagrada al vigilante del clima, que asustado le informaba de la advertencia de contingencia que impondría suspender los festejos
- Mi amo y señor gerentazo del hospedaje, pero son precauciones obligatorias que deben tomarse-Replicaba…
-¿Qué no sabéis que este virreinato se mantiene de la venida de visitantes a gastar en el destrampe finsemanero y sobre todo en puentes cívicos?. Imaginad que si corremos los avisos se nos espantaría el cliente para el puente y las pérdidas serían enormes…los hospederos tienen todo reservado y los camioneros foráneos vendidas todas sus corridas. Cuidadito y reveláis algo del peligro y callad, ¡os lo ordeno!
-Pudiera ser muy grave, consultadlo antes con su Majestad, los servicios de meteorología así vaticinan la contingencia-Temeroso sugirió el subalterno. Entonces furioso le contestó el Ministro de promoción de visitas:
-Callad estúpido o iréis deslenguado al calabozo por chismoso. Nada debe impedir los festejos del puente; nos jugaremos el albur clavando puñales en las macetas para que no llueva o sea menor la molestia, de todos modos esos meteorológos siempre fallan o sospecho que les pagan para espantarnos la clientela y derivarla al mar Caribe. Con vuestra lengua pagaréis la menor indiscreción…
Llegó el esperado viernes y muy de mañana el Virrey sintió como mal presagio que el monarca nacional cancelara su visita agendada sin mayor explicación...
El ministro de promoción de visitas había logrado silenciar a medias al vigilante del clima para que nada se supiera, aunque los senectos comentaban que el dolor en sus huesos era presagio de tormentas. No les hicieron caso, al cabo que el festejo sería bajo techo…
El homenaje quedaría para la posteridad, vaya manera de amar y venerar a los héroes que iniciaron la insurgencia y consiguieron la independencia, pero afuera del gran salón llovía y llovía desmesuradamente, al grado que los invitados especiales no pudieron salir porque todo alrededor se había inundado…
Las tormentas anunciadas siguieron por una semana hasta que toda la comarca quedó devastada, sin caminos, ni puentes ni alimentos.
El clamor popular era encontrar a los responsables y no les quedó más que iniciar una amplia investigación contra el Dios Tlaloc por sus excesos…el vigilante del clima se desapareció del mapa arrastrado por la corriente…y a merced de la solidaridad caritativa del Rey quedó la gente…
Prontamente se apersonó el Monarca y hasta se le despeinó el copete de las envidias de tantos pelones, se empapó junto con el Virrey y anduvieron constatando daños y repartiendo esperanzas además de despensas para los menesterosos de siempre que ahora estaban más jodidos y hundidos en el fango, pero el Viceministro de gobernabilidad estaba enterado de lo que le hicieron al vigilante del clima para no dar los avisos de peligro y espantar al cliente del puente; además por ahí de chingomil turistas quedaron atrapados en el puerto, sin dinero ni alimentos, sin poder tampoco regresar a sus lugares de origen porque las carreteras estaban derrumbadas…
Disimulando su enojo el Monarca instruyó al Virrey ordenar a los empresarios hospederos que no cobraran las noches que los turistas tuvieran que esperar a ser rescatados, ni el pasaje de retorno a los camioneros. En media semana con mucho esfuerzo fueron liberando a los turistas varados, pero el problema fue que la comida y agua se terminó para los habitantes de toda la comarca y comenzaron las hordas a tomar por asalto los grandes almacenes robando no solo víveres…
¿Cómo contener la furia del pueblo?, anunciaron una investigación para dar con los responsables no de que lloviera de a madres, sino de haber dejado construir en zonas inundables. Como presunto culpable de las tormentas ya tenían identificado al pinche Tlaloc y su retrato hablado en piedra, a ver cuando los ineptos y corruptos policías cumplían con la orden de aprehensión…
El Padre Celestial y la Madre Naturaleza se enojaron tanto por la profana pantomima justiciera, que entonces mandaron al inmundo Ciclón Raymundo…para ver si entonces se les ocurría arrodillarse todos y pedir perdón antes que organizar otro fiestón para celebrar el aniversario de la erección de la comarca como virreynato…¡colorín colorado, pero este cuento no ha terminado!
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