[Crónica] La última misión de los policías caídos en La Pintada, Atoyac de Álvarez - Libertad Guerrero Noticias

[Crónica] La última misión de los policías caídos en La Pintada, Atoyac de Álvarez


CIUDAD DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).- ¿Hora? Lista.
¿Helicópteros? Preparados.
¿Uniformes? Listos.
Los cinco policías federales que fueron enviados el jueves 19 de septiembre a una entrega de víveres en Atoyac, Guerrero se prepararon este mediodía para una nueva misión: el homenaje póstumo que les rindió el gobierno federal en el Centro de Mando de Iztapalapa.
Esta vez, no abordaron patrullas: sus cuerpos viajaron en féretros de caoba dentro de carrozas fúnebres que llegaron al cruce de las avenidas Héroes y Federales, en el búnker de los azules.
Ya los estaban esperando. Bajo una carpa instalada frente al Monumento al Policía Caído, más de cien personas –entre compañeros y familiares- los acompañarían en esa última misión.
Llegaron rodeados de flores. Coronas verde y blanco flanquearon su camino mientras los ataúdes se acercaban a la explanada del monumento.
La gente, atrás, se aguantaba el llanto.
Se tragaba a fuerza el dolor.
Las mujeres de negro con sus lentes oscuros trataban de mostrarse fuertes ante los niños que no comprendían nada de lo que estaba pasando y seguían jugando entre las sillas, como si todo fuera un juego.
Como si no fuera cierto que los cinco agentes que despegaron de la base Icacos, ese mediodía del 19 de septiembre, no hubieran muerto al desplomarse el helicóptero.
“A continuación, el pase de lista”, se escuchó en el micrófono. Y el dolor caló más luego de cada nombre pronunciado por el comisario de la Policía Federal, Enrique Galindo.
-Comisario Enrique Briseño (57 años)
-¡Presente!
-Subinspector Desiderio Rosales (43 años)
-¡Presente!
-Policía José Ramón Peláez (37 años)
-¡Presente!
-Policía Julio Zarco (29 años)
-¡Presente!
Las sirenas ulularon. Algunos no aguantaron más y sollozaron con el sonido de las patrullas.
Pero la misión no estaba completa: faltaba Isaac Escobar, un policía de 33 años que trabajó en Operaciones Especiales y se distinguió por ser un artillero aéreo.
“Sus restos no están presentes porque, después de una ardua búsqueda, hasta hoy fueron localizados lo que parecen ser los restos de nuestro compañero”, explicó el comisario Galindo.
La noticia hizo que los familiares de Isaac lloraran más fuerte. Entre las hileras de sillas, estaba Susana Ramos, su esposa y madre de la pequeña Jimena, a quien Isaac alcanzó a ver antes de aquel mediodía del 19 de septiembre.
“Era un gran hombre, le gustaba mucho hacer lo que hacía. Nunca le tuvo miedo a los balazos ni a nada de eso”, contó la mujer mientras cargaba a la pequeña de apenas un mes de nacida. “Antes de que se fuera, me dijo ‘Te llamo cuando regrese’”.


Ahí estaba también Enrique Briseño hijo, padre del comisario cuyos servicios de piloto fueron solicitados, incluso, por el gobierno de Estados Unidos. “Sabíamos del riesgo que era ir a esas zonas, pero a él lo que más le importaba era el servicio al pueblo”.
Segunda parte de la misión: los discursos.
“Pido un minuto de aplausos”, pidió el Presidente en memoria de los policías. Y esa fue una ovación cargado de tristeza.
“Su vocación de servicio a México era innegable. Por ello, no dudaron en dar un paso al frente a la hora de apoyar a nuestros hermanos guerrerenses en peligro, por las afectaciones del Ciclón ‘Manuel’.
Pese a la adversidad del clima, volaron desde Acapulco hasta Atoyac de Álvarez para llevar víveres a familias de la comunidad de La Pintada, y rescatar a pobladores en riesgo. Lamentablemente en esta encomienda les fue la vida”.
Y en su turno, las palabras del comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón, fueron más bien un lamento por los hijos que se le fueron.
“Remontaron el vuelo”, empezó. “Ya habían realizado el trayecto en horas y días anteriores y, con ello, habrían contribuido al rescate de más de 600 personas en desgracia. Lamentablemente, esta fue su última misión heroica. El destino dictó el fin de sus vidas”.
Tercera fase: con un gesto grave en el rostro, el presidente Enrique Peña Nieto se adelantó para montar una guardia de honor junto a los féretros. A su lado, estaban el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el procurador Jesús Murillo Karam y el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, además de otros funcionarios del gabinete de seguridad.
Redoble de tambores. Más sollozo y llanto.
Peña Nieto se acercó a las familias a entregarles una réplica de la bandera nacional que se convirtió, más bien, en un recipiente de dolor callado.
La misión estaba a punto de terminar. Como penúltimo paso, un helicóptero sobrevoló la explanada arrojando nostálgicos pétalos de flores blancas.
Silencio.
Los ataúdes salieron lentamente en hombros de los policías hasta que volvieron al interior de las carrozas.
Ahora sí, comenzaba la última parte del trayecto.
Misión completada.

Por Staff de Redacción
Septiembre/25/2013
www.libertadguerrero.net
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Edición: Fracalo

Libertad Guerrero Noticias, periódico online editado desde el puerto de Acapulco, Guerrero, México, bajo la dirección del periodista Francisco Cárdenas López (Fracalo). Contacto: fracalo2001@yahoo.com.mx

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