Libertad de prensa y libre Expresión no son lo mismo
Me encanta leer por aquí y por allá lo que la gente común y corriente o ajena al medio periodístico, cree a pie juntillas que deba ser la misión de los que de alguna manera ejercemos el periodismo, bajo contrato con ínfimas remuneraciones y pocas prestaciones, o de plano por amor al arte o como free lance en que pagan por entrega publicada.
Las críticas siempre son el termómetro de lo que se hace y la fama pública de los periodistas no es muy halagüeña, nos generalizan y satanizan olvidando que somos seres humanos común y corriente con una profesión diferente.
Creo que nos pasa como a las cocineras cuando les queda mal la sopa o el guisado: los comensales repelan y hasta maldicen pues al cabo es fácil percibir cuando algo no estuvo correctamente hecho para deleitar el paladar y los gustos del que consume el producto elaborado y le llueven mentadas a quienes cocinaron…¿pero los que reniegan podrían hacerlo mejor o distinguen entre una sartén, cazuela u olla exprés?
Solo que para criticar positiva o negativamente al periodismo con calidad moral, deben conocerse primero al monstruo desde sus entrañas.
A muchos colegas les pasa que la gente se nos acerca para “darnos datos” sobre problemas particulares o conductas indebidas de gente contra quien ellos tienen algún resentimiento y lo quieren denunciar o que se sepa en los medios, pero exigen que respetemos la fuente.
La verdad sea dicha, para denuncias están las autoridades y los tribunales, para chismes los lavaderos y en última instancia, ¿por qué exponernos nosotros a las venganzas y desquites por hacer públicos líos ajenos y además de gratis?
Se les olvida a quienes con algún fin personal quieren servirse del periodista conocido, que también los del oficio tienen necesidades y familias que mantener, además que los caprichos cuestan…
En fin, déjenme y les platico:
Allá por 1986 y 1987 hacía un programa en Radio ABC Internacional del 760 de AM en el DF los sábados por la mañana, con la brillante Patricia Flores Osuna con la anuencia de Don Emilio Gandaría y Fernando Lapraid, brazos fuertes de Don Mario Vázquez Raña en la radio.
Se llamó “La otra cara de la moneda”, en que analizaba y comentaba los hechos meritorios de la policía preventiva del DF que comandaba el entonces Secretario de Protección y Vialidad, General Brigadier José Domingo Ramírez Garrido Abreu.
Igual daba espacio a los aciertos importantes de la Policía Judicial cuando el Capitán Jesús Miyazawa Alvarez y Rosalino Ramírez Faz la dirigían bajo la celosa tutela del Procurador Don Renato Sales Gasque y contaban con riñonudos comandantes como Francisco Antonio Botello Vizcarra,Sergio Martínez Robles,Jesús Terrón Serrano, Joaquín Murrieta y otros.
En esa emisión mañanera sabatina no se trataba de satanizar elementos policiacos que regaran el tepache, sino de estimular y reconocer a los que si cumplían con su deber y destacaban.
Les llamaba la atención mi personal enfoque a quienes me sucedían en cabina: Jorge Herrera Valenzuela con temas agrarios, el Otorrinolaringólogo Alberto Rojas Pérez Palacios cuatísimo del Médico Manuel Mondragón y Kalb con sus “Gotitas de Salud” y el entusiasta abogado panista Fernando Antonio Lozano Gracia y su asesoría jurídica en materia inmobiliaria y familiar al auditorio.
Radio ABC en el DF era ciertamente elitista, con Tere Vale y el Maestro Juan José Arreola entre semana, me daban dos espacios cortos para entrar con “Apúntelo en su Agenda y “Quien es quien” a media mañana de lunes a viernes.
Para Octubre de 1987, el General Ramírez Garrido y el Procurador Sales Gasque me honraron asistiendo al coctail inaugural de mi noticiario Diario del Aire ABC en el Club Libanés, apadrinado por Don Emilio Gamboa Martínez que patrocinaba y producía mi amigazo Don René Carvajal, el fiel amigo del legendario gran “Perro” Enrique Bermúdez, patriarca de la Asociación Nacional de Locutores en las calles de Praga 40, Zona Rosa, que presidía efímeramente Paco Stanley Albaitero.
Los adversarios que nunca faltaron, no entendían por qué mis patrocinadores no aceptaban anuncios de nadie en el tiempo de una hora contratado al anochecer; nuestro lema era “escuche hoy lo que leerá mañana” y comenzamos a hacer camino andando, informando y criticando pero con veracidad y objetividad.
Se me “cayó” el programa cuando en abril de 1988 estaba a punto de comprárnoslo el Sindicato Petrolero y transmití en dos partes dos días una entrevista exclusiva con el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, cuando le prestó su registro el PARM que presidían Enrique Cantú Rosas y Enrique Bermúdez. Antes no se lo quisimos vender a Raúl Salinas por medio de la CONASUPO para la campaña de su hermano Carlos…
Me vetaron así de fácil y coincidió con el atentado que sufrí saliendo del Semanario Quehacer Político, por andar hurgando en las entrañas del caso Buendía y criticar al presidente Miguel de la Madrid Hurtado por ofrecer recompensa al estilo del viejo Oeste, siendo que yo señalaba insistentemente a José Antonio Zorrilla Pérez.
Fuera de la Radio y con la madriza que me propinaron, me quedé enyesado del tronco, ambos hombros, el brazo izquierdo y del derecho hasta el codo, con la mano libre para poder escribir con un solo dedo tecla por tecla mi primer novelita sobre ese crimen del 30 de mayo de 1984.
Como momia enyesada, por recomendación de Fernando Ramírez de Aguilar, José Ramón Toco de la Rosa y Arturo Ríos Ruiz fui a Editorial EDAMEX sin conocer quién era el dueño, pero a Don Octavio Antonio Colmenares y Vargas, antiguo Abogado General del Excélsior cuando lo dirigía Don Julio Scherer García le interesó la obra y la presentamos el 7 de junio de 1988, “día de la libertad de prensa”.
Como quiera, el Presidente de la Madrid y el General Carlos Humberto Bermúdez Dávila, mediante mi amigo y entonces Jefe inmediato Don David Pedro Estrada Hernández y el General Enrique Gamboa conocieron la novelita y decidieron mi hospitalización e intervención quirúrgica reconstructiva del hombro izquierdo en el Sanatorio del Estado Mayor, frentito a Los Pinos…
Para junio de 1989 entró en acción eso de la “Justicia Divina” y el Procurador Ignacio Morales Lechuga tomó en cuenta las pistas aportadas en mi novela, encarceló a José Antonio Zorrilla Pérez y sus compinches de la Federal de Seguridad en el crimen contra el periodista Manuel Buendía Tellezgirón.
Me quedó muy claro desde entonces que en México el gobierno tolera la libertad de prensa o imprenta como sea, pero no siempre la de expresión cuando se les pisan cayos como periodista o escritor.
Que la gente se reúna libremente para vociferar o protestar cometiendo actos vandálicos, atacando vías de comunicación, dañando inmuebles o agraviando derechos de terceros es otra cosa harto distinta, simple falta de energía para actuar oportunamente mediante la fuerza pública como la ley los faculta, por el miedo a que les digan represores y autoritarios o a que los organismos oficiales y no gubernamentales defensores de derechos humanos, los pongan en entredicho de parte de los anarquistas sublevados…
El próximo jueves 6 de junio cumplen 23 años de haber sido fundadas la CNDH con el Dr. Jorge Carpizo Mc Gregor y poco después la CODDEHUM Guerrero con Juan Alarcón Hernández, pero un día después, el 7 de junio, es el día en que el gobierno mexicano desde tiempos del presidente Miguel Alemán Valdés en 1951 inventó celebrar el día de la libertad de prensa con los editores de medios y después ocurrieron premiar a periodistas por sus trabajos.
En Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo mató la tradición durante su tiranía sexenal porque traía en la mira a “los periodistas”, que según el empresario pagaba Manuel Añorve Baños para atacarlo cuando hacía campaña por la alcaldía.
Durante su mandato se encargó de cancelar convenios publicitarios quebrando a cuantas publicaciones chicas débiles existían y a menospreciar e insultar a casi todos los periodistas guerrerenses. Su taimado sistema de “monederos electrónicos” para conceder apoyos no siempre estuvieron en manos de auténticos periodistas, sino de esposas, queridas, guaruras y familiares de funcionarios para pagar sus compras en el súper…
Fernanda Lasso Martínez,
la nueva Directora de
Comunicación Social del
Gobierno guerrerense
Ahora que Fernanda Lasso Martínez sustituyó a Pedro Julio Valdez Vilchis… ¿animará al gobernador Ángel Aguirre Rivero para revivir aquella tradición muerta de celebrar el día de la libertad de prensa el 7 de junio, pero con un estilo diferente al de antaño donde no se cuelen tantos usurpadores del oficio, que llevaban hasta a la abuelita y al perico al comelitón y al agandaye de grabadoras?
Urge que la flamante Directora de Comunicación haga un censo y un padrón de quienes deveras ejercen el periodismo en Guerrero, inclusive que se expidan gafetes de identificación a quienes sean acreditados por los medios, para evitar la plaga que como enjambre molesta en las giras cargando camaritas o grabadoras y en ningún lado se publicarán o transmitirán esas supuestas notas. Orden y nos amaneceremos…
Los comentarios y artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de quien los firma. Libertad Guerrero Noticias los publica en respeto irrestricto a la libertad de expresión.
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