CONTEXTO POLÍTICO
Por Efraín Flores Iglesias
No cabe duda, que el actual gobierno estatal perredista no puede ni quiere hacer nada para detener la grave inseguridad que ha cobrado varias víctimas; es más, el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero y los integrantes de su gabinete justifican su incapacidad de brindar seguridad a los guerrerenses legitimando el surgimiento de grupos de autodefensa en algunos municipios.
Incluso, hasta armas y dinero les entregan a esos grupos comunitarios para que capturen y “reeduquen” a los que cometan una falta administrativa o un delito en su jurisdicción.
Ángel Aguirre está permitiendo que los policías comunitarios sin facultad legal realicen detenciones y juzguen a personas a su modo.
Ya son varios casos de abusos que cometen los integrantes de la Coordinara Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG). Las víctimas han denunciado en tiempo y forma esas arbitrariedades ante el Ministerio Público del Fuero Común, pero hasta el momento no se ha procedido en contra de los presuntos responsables de los delitos de privación ilegal de la libertad, lesiones y violencia psicológica.
De hecho, el pasado viernes, en una reunión en la residencia oficial Casa Guerrero entre los dirigentes de la CRAC y el procurador general de Justicia, Iñaki Blanco Cabrera y el asesor y primo del gobernador Ángel Aguirre Rivero, Jesús Ernesto Aguirre Gutiérrez, acordaron cancelar 200 órdenes de aprehensión en contra de policías comunitarios.
Mientras el mandatario estatal andaba disfrutando sus vacaciones en algunas ciudades de Estados Unidos, a través de un comunicado se informó sobre el surgimiento de un nuevo grupo guerrillero en la sierra guerrerense. Y coincidió con el aniversario 18 de la masacre de Aguas Blancas.
Se trata del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
"Saludamos fraternamente a todas las hermanas organizaciones revolucionarias, y damos a conocer el nacimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), tal vez no de la manera formal como se debiera de una organización armada, sin embargo, de acuerdo a la valoración política, es necesario que el pueblo conozca de que aún hay hombres libres que están a favor de la clase explotada, marginada, que con el propósito de cambiar nuestro sistema neoliberal somos capaces de luchar por el pueblo y entregar la vida para la noble causa", señala el documento de la organización armada.
Y dejan muy en claro que no desean "restar fuerza al movimiento armado (EPR) o jugar un papel de divisionistas, pero, como están las cosas en nuestro país –refieren–, tampoco pretendemos quedarnos cruzados de brazo y esperar que las aguas se aclaren".
Hay que recordar que luego de la solicitud de licencia de Rubén Figueroa Alcocer como gobernador del estado el 12 marzo de 1996, el Congreso local decidió nombrar como gobernador sustituto a Ángel Heladio Aguirre Rivero.
Lo raro de todo, fue que inmediatamente surgieron grupos subversivos en su gobierno, especialmente el EPR, que el 28 de junio de 1996 apareció públicamente en el primer aniversario de la matanza de los campesinos de Aguas Blancas. En el lugar se pudo constatar que fueron un centenar de hombres y mujeres jóvenes armados con fusiles AK-47 y vestidos con uniformes verde olivo y pañuelos color café.
La historia ya todos lo sabemos. A las 20 horas de ese día diversas células de la organización guerrillera realizaron acciones de propaganda en las carreteras federales Chilpancingo-Acapulco e Iguala-Chilpancingo. Posteriormente se enfrentaron a tiros con elementos de la entonces Policía Judicial del Estado.
El 8 de julio de ese año, una columna incursiona en Teloloapan para repartir un volante denominado “Manifiesto de Aguas Blancas”, en el que establecen que su lucha será por el derrocamiento del gobierno antipopular, por la restitución de la soberanía popular y los derechos fundamentales del hombre, por la solución a las demandas y necesidades inmediatas del pueblo, por el establecimiento de las relaciones justas con la comunidad internacional y por el castigo a los culpables de la opresión política, la represión, la corrupción, la miseria, el hambre y los crímenes de lesa humanidad cometidos contra el pueblo.
Las acciones más duras del EPR ocurrieron días después. El 16 de julio emboscaron a un vehículo militar en la carretera Tixtla-Chilapa, entre las localidades de El Ahuejote y La Estacada. De manera extraoficial se supo que cinco efectivos del Ejército murieron en la refriega que duró 20 minutos.
El 24 de julio se dio un enfrentamiento entre el EPR y el Ejército en un poblado cercano a Ahuacuotzingo.
El 2 de agosto, un comando del EPR emboscó a un vehículo de la marina que patrullaba la carretera Acapulco-Zihuatanejo a la altura de El Súchil, municipio de Tecpan de Galeana, causándoles dos muertos y tres heridos.
Cinco días después (7 de agosto), atacaron nuevamente posiciones del Ejército en Ciudad Altamirano, municipio de Pungarabato, Petatlán y Puerto Márquez. Ese mismo día los eperristas atacaron una base del Ejército en Atoyaquillo, entre Coyuca de Benítez y Tepetixtla
El 9 de agosto de 1996 es una fecha que los ciudadanos de Tixtla no van a olvidar, pues en la mañana de ese día, el EPR colocó una ofrenda floral en el monumento a Vicente Guerrero Saldaña, antes del inicio de un acto oficial.
Al día siguiente, vehículos militares fueron atacados a 5 kilómetros de Zumpango, municipio de Eduardo Neri, con un reporte de dos soldados heridos.
El 28 de agosto, el EPR atacó el cuartel de la Policía Motorizada en el puerto de Acapulco, en donde varios elementos de esa corporación resultaron con heridas de gravedad. Ese mismo día, también atacaron el cuartel de la Policía Judicial del Estado en Tixtla, con un saldo de dos policías muertos y cuatro heridos.
Otro enfrentamiento entre el Ejército y el EPR se registró en el vado de Aguas Blancas, en donde murió el eperristaBenjamín Ávila Blanco y resultaron heridos dos soldados.
También en esa época, Ángel Aguirre Rivero juraba y perjuraba que Guerrero estaba en paz.
Desde luego que el EPR no desapareció, sigue vigente. Se fraccionó, sí. Pero en 1996, 1997 y 1998 pusieron en serios aprietos al gobierno estatal y federal.
Todo eso no lo entendió Ángel Aguirre, quien de nueva cuenta sigue cometiendo torpezas en su gobierno, al delegar a su familia y a sus amigos algunas responsabilidades de carácter oficial.
El haber permitido que los grupos de la delincuencia organizada se extendieran en todas la geografía estatal, el gobernador dejó en total indefensión a los ciudadanos, quienes al no aguantar los abusos de los criminales decidieron empuñar las armas para defenderse.
Lo delicado del asunto consiste que algunos grupos de autodefensa, ajenos a la CRAC y a la UPOEG se conviertan dentro de poco tiempo en células del EPR, del ERPI o del ERP.
Guerrero siempre se ha caracterizado como una entidad combativa y dispuesta a derrocar a sus gobernantes.
En lugar de destacar en cosas positivas, Guerrero es reconocido a nivel nacional como primer productor de amapola. Y no se diga que nos tienen caracterizado como una entidad en donde se comenten diariamente varios homicidios.
Si Ángel Aguirre Rivero y su partido (PRD) siguen en su borrachera de poder, las cosas van a empeorar más. Se corre el riego de que los grupos del narcotráfico, los grupos de autodefensa ciudadana y la guerrilla se unan para cometer un golpe de Estado.
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efrain_flores_iglesias@hotmail.com
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