CONTEXTO POLÍTICO
Marco Antonio Leyva y sus aires de grandeza
Por Efraín Flores Iglesias
Trascendió que el ex diputado local y ex dirigente estatal del PRI, Marco Antonio Leyva Mena, se negó aceptar la subdelegación administrativa de la SAGARPA, ya que argumentó que él es un “político de alto nivel” y no va a ser segundón de nadie.
Su meta era ser titular de una delegación federal. Primero hizo berrinche, pero al final negoció el cargo que le ofrecieron para alguien de su entera confianza. Aplicó lo que Xavier López "Chabelo": la catafixia.
Desde el centro del país saben perfectamente quien tiene el peso político suficiente para ser tomado en cuenta. Leyva Mena le falta un gran camino por recorrer.
Los que siguen teniendo el control en el PRI son los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros. Los perdedores Manuel Añorve Baños y Héctor Astudillo Flores, siguen conformándose con las migajas.
Pero es claro que la soberbia de Marco Antonio es más grande que nada, ya que se cree el gran sabio del priismo guerrerense. Estructura electoral, no tiene. Nunca le ha invertido en esa área. Por eso le va a resultar muy complicado lograr su gran sueño: gobernar Chilpancingo.
Y lo peor de todo, son sus alianzas con políticos satanizados por corruptos y traidores. En un principio se le vio muy cerca de Manuel Añorve Baños, sobre todo cuando éste último fue candidato a la gubernatura en 2010.
Después empezó a aparecer al lado del más cuestionado de traicionar al PRI en la entidad: Mario Moreno Arcos. De hecho, es “asesor” del cantinflesco político aguirrista.
En su época de dirigente estatal del PRI, estuvo muy alejado de las bases, pero eso sí, prefirió negociar con el entonces gobernador Zeferino Torreblanca Galindo para tener quieto al priismo.
En Tixtla y Apango lo han denunciado de proteger a dos personajes catalogados de corruptos: el ex alcalde JorgeLuis Campos Espíritu y al dos veces tesorero de Mártir de Cuilapan, Pedro Ángel Salazar López.
Y eso no es todo, en Zumpango tiene como gran aliado al ex alcalde Bertín Sánchez Reyna, quien en los últimos meses ha sostenido varias reuniones con Mario Moreno Arcos. El gestor de esas reuniones es, sin lugar a dudas, el señor de las catafixias.
Es válido que Leyva Mena aspire a cargos de elección popular, pero debe entender que el pueblo necesita a políticos que sean sensibles a las demandas sociales y no a tecnócratas presumidos.
LOS GUERRERENSES ESTÁN DECEPCIONADOS DEL PRD
Cuando un miembro distinguido del PRD muere víctima de la terrible violencia que impera en la entidad desde el año 2005, los dirigentes de ese partido salen a declarar que la estrategia de seguridad implementada por las autoridades de los tres órdenes de gobierno “ha fracasado”. Pero cuando las víctimas son los ciudadanos sin partido (los sin voz), les vale un comino. Ni condenan ni exigen justicia.
Ayer leí con mucha atención la declaración que dio el dirigente nacional del Sol Azteca, Jesús Zambrano Grijalva, en torno al asesinato del síndico procurador de Iguala, Justino Carvajal Salgado (sobrino de Félix Salgado Macedonio “El Toro sin cerca”), asegurando que el Operativo Guerrero Seguro no ha dado resultados efectivos y suficientes contra la delincuencia organizada.
Desde hace ocho años, en Guerrero hay zozobra por los graves hechos de violencia que diariamente se dan a consecuencia de la disputa de territorios entre integrantes de las bandas del narcotráfico, así como del abandono de las autoridades a sus gobernados en materia seguridad.
El dirigente nacional del PRD debe de enfocar su reclamo al gobierno que encabeza su amigo Ángel Aguirre Rivero y no sólo responsabilizar de la grave situación al gobierno federal. Hay que recordar que la responsabilidad de garantizar paz y seguridad, es compartida.
Luego entonces, el PRD y el actual gobernador deben de aceptar que le han fallado al pueblo de Guerrero en materia de seguridad. Y deben entender que el presidente Enrique Peña Nieto no siempre va a intervenir para resolver los problemas que le toca atender Ángel Aguirre Rivero. Una cosa es que exista una amistad entre el hijo predilecto de Atlacomulco y el oriundo de Ometepec.
No tiene caso que el Sol Azteca “gobierne” la entidad si lo único que hace es echarle la culpa a la federación de todos sus fracasos. Los ciudadanos le dieron una segunda oportunidad a la “izquierda” confiando en la “experiencia” del cacique de Ometepec para sacar a Guerrero de la pobreza, del analfabetismo y en atacar con eficacia a la inseguridad.
Por lo visto, se repite la historia como con Zeferino Torreblanca Galindo: decepción y más decepción.
¿Y así pretende volver a pedir el voto a los ciudadanos en 2015?
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