La
violencia coincidió con el comunicado de un nuevo grupo insurgente en el
escenario nacional. Se trata del Ejercito Popular Magonista de Liberación
Nacional (EPM-LN)
CIUDAD DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).- Los
distinguían guantes negros y botas tácticas tipo militar. Se movían
articuladamente en forma de media luna y en intervalos de 10 y 15
minutos, empujaban y se reagrupaban y se movían por zonas, con aparentes
blancos específicos. Son los grupos que encabezaron ayer la batalla
campal en el Centro de la Ciudad de México más extensa en la historia de
la capital.
La
batalla se extendió por seis horas en un espacio que fue del Congreso,
en San Lázaro, hasta el cruce de Paseo de la Reforma e Insurgentes, una
línea de casi cuatro kilómetros, durante los cuales chocaron con
policías capitalinos y federales en 13 puntos de la capital, que
produjeron un saldo de al menos 20 heridos, cuatro de ellos
hospitalizados y 65 detenidos.
“Esta
no fue una movilización para realizar una protesta política aceptable,
fue un acto de barbarie y nunca habíamos tenido una provocación de este
tipo”, censuró el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.
“Está claro que querían provocar desorden”.
Los
enfrentamientos, dijo Ebrard, fueron acciones concertadas realizadas
por tres grupos de anarquistas, Bloque Negro Anarquista, Cruz Negra
Anarquista y Coordinadora Estudiantil Anarquista. El saldo al cierre de
esta edición, era de 107 detenidos, de ellos 11 menores, 20 mujeres
adultas y hombres 76.
Al parecer integrantes del Bloque Negro Anarquista ingresaron al país por la frontera de Chiapas.
La
refriega dejó una ola de destrucción en establecimientos comerciales a
lo largo de las principales avenidas del Centro Histórico. No se han
cuantificados los daños, pero los reporteros de 24 Horas contabilizaron
por lo menos 49 entre restaurantes, bancos, hoteles, gasolineras y
tiendas de ropa, entre otros.
Originalmente
coincidieron con #YoSoy132 en San Lázaro y la Sección 22 de la
Coordinadora, disidente del SNTE, pero rápidamente se deslindaron en San
Lázaro antes de iniciar la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. De
la misma manera, el ex candidato presidencial de izquierda Andrés Manuel
López Obrador, condenó la violencia y suspendió la marcha que iba a
realizar desde el Ángel de la independencia, donde pronunció un
discurso.
La
violencia coincidió con el comunicado de un nuevo grupo insurgente en
el escenario nacional. Se trata del Ejercito Popular Magonista de
Liberación Nacional (EPM-LN). En vísperas de la toma de posesión de
Enrique Peña Nieto, anunció en un comunicado que iba a pasar a la
ofensiva con sus fuerzas político y militares, para acelerar la
formación de grupos de autodefensa y unidades militares en todo el país.
Bien articulados
La
jornada violenta inició a las 6:30 de la mañana, a unos 200 metros del
Palacio Legislativo, donde se congregaron unas 500 personas. Hombres y
mujeres vestían de pantalón de mezclilla, playeras y sudaderas de varios
colores, pero su atuendo lo integran tenis y botas negras tácticas tipo
militar. Llevaban palestinas y paliacates, que les tapaban la mitad del
rostro, y mascarillas anti-gas.
Iban
preparados, en mochilas llevaban bombas molotov y petardos, algunos
tenían tubos en las manos, y algunos cadenas largas, picos y martillos,
que horas después utilizarían para romper banquetas y el asfalto, y
tener piedras para lanzarlas a los policías.
Otro
grupo de manifestantes, al mismo tiempo, se reunía a unos metros de
distancia, pero no estaban encapuchados. Hacían énfasis en que era una
movilización pacífica e identificaban sus organizaciones procedentes de
universidades, del #132 y de la Sección 22 de la CNTE, entre otros.
Apenas
había pasado media hora, cuando tiraron las vallas metálicas pequeñas,
que generalmente coloca el Estado Mayor Presidencial como la primera
barrera. Armados con ellas, los encapuchados formaron su propio escudo,
que les permitío protegerse y golpear las vallas metálicas de los
agentes federales.
De
forma muy organizada, en grupos de 30 y 35 personas, en una formación
de media luna, integrada por dos filas, corrieron hacia las vallas
metálicas de la Policía Federal. La primera fila de encapuchados forman
un escudo con las pequeñas vallas de las que se apoderaron antes, que
les permitió protegerse.
Atrás,
la segunda línea, inició el primer ataque con petardos que lanzaron con
habilidad por encima de las vallas metálicas de la Policía Federal, que
miden tres metros de altura. Esta primera línea de ataque se replegó,
pero inmediatamente, una segunda tomó su lugar y, con los mismos
movimientos, atacó con petardos a los agentes federales.
Durante
una hora los manifestantes encapuchados lanzaron los petardos, tenían
parque en sus mochilas. Un pequeño grupo, también de encapuchados, con
cámaras de video y fotográficas, registraba el ataque. Paralelamente,
los manifestantes, que estaban a unos 60 metros atrás de los
encapuchados, llamaban a la calma.
Primeros heridos
A
las 8 y media de la mañana, los 500 encapuchados cambiaron los petardos
por bombas molotov. Sacaron de sus mochilas botellas con gasolina
cpntra los agentes federales. La policía dio su primer respuesta con
gases lacrimógenos, que en algunos casos fueron tomados por los
protestantes y las lanzaron de regreso.
Al
comenzar la respuesta policiaca, a lo lejos se escuchó desde una
camioneta a un hombre que desde el altavoz dirigen la operación
“compañeros no retrocedan del frente, solamente es gas y ya estamos
acostumbrados”.
Los
encapuchados sacaron de entre sus pertrechos una ganzúa atada a un
lazo, la cual lanzaron tras las vallas de la policía y lograron
enganchar una de ellas, y la derribaron. Los federales se agruparon con
sus escudos para impedir el paso. Minutos más tarde los mismos llegaron
al lugar con un camión de basura y lo estrellaron.
Se desata la violencia
Los
encapuchados se fueron rumbo al Zócalo. A su paso destrozaron
inmobiliario urbano, comercios, casetas telefónicas, señalizaciones y
realizaron saqueos.
Casi
no gritaban consignas, más bien se van dando órdenes, principalmente un
grupo de mujeres que les decían al resto del grupo cómo avanzar y a qué
velocidad. Hicieron varias pintas y ahí dejaron su primera huella:
Acción directa, un grupo identificado como de anarquistas.
Pasaron
por Tepito, Lagunilla y Garibaldi y se incorporaron al Eje Central, sin
ser detenidos por la policía. Se dirigieron a la Torre Latino, donde
comenzó la siguiente embestida, contra la policía del Distrito Federal.
El
cerco policiaco los obligó a desviarse por avenida Juárez, y al verse
replegados se enfurecieron más, destruyeron banquetas con los mazos y
picos, y lanzaron las piedras a los policías. También rompieron los
vidrios de los locales su paso.
En
otro punto de la ciudad, en Madero y Plaza de la Constitución, a las 11
de la mañana llegó otro contingente de 50 personas, pero sólo gritaban
consignas contra Peña Nieto y enseñaban sus pancartas. Los policías
federales se mantienen alerta, pero no hay violencia. Cerca de Palacio
Nacional, tiraron piedras contra las camionetas que transportaban al
gabinete y legisladores.
Una
calle más atrás, en Palma y Madero, otro grupo de encapuchados de más
de 50 personas lanzó botellas y piedras a la valla de la Policía
Federal, que se replegó unos metros hacia la Torre Latino, hasta que se
acabaron sus pertrechos dejan de atacar a los agentes y se marchan
después de la una de la tarde.
Unas
cuadras más adelante, por el palacio de Bellas Artes, el enfrentamiento
se había intensificado. Eran las 12:30 horas y duró poco más de 30
minutos. Los encapuchados lanzaron bombas molotov, petardos y las bancas
que recién colocaron en la Alameda Central y las usaron como fuerza
choque contra los escudos de los Policías del DF.
Se
notaban molestos los encapuchados. Sacaron del restaurante Wing’s las
sillas, las pusieron en fila sobre Avenida Juárez, como una barricada, y
les prendieron fuego. Lanzaron botellas, piedras, latas con tierra y
periódicos encendidos, que provocó que uno de los granaderos sufriera
quemaduras. Los granaderos les regresaban las piedras que les aventaban.
Los
dispersaron. Corrieron por Hidalgo, por la Alameda, y por Juárez. Como
no pudieron vencer a los policías, iniciaron los mayores destrozos. A su
paso estrellaron los vidrios de todos los comercios, destrozaron la
Alameda recién inaugurada. Saquearon tiendas de Plaza Alameda y se
reagruparon en avenida Reforma e Insurgentes.
También hicieron pintas donde dejan la A de anarquistas. Escriben en la pared: “Muera Peña”, “Estado fallido”, “San Marx”.
Los grupos
Marcelo
Ebrard, responsabilizó al grupo anarquista Bloque Negro México de los
actos vandálicos registrados ayer en varios puntos de la capital. Dijo
que el saldo de los eventos ocurridos en las inmediaciones del Palacio
Legislativo de San Lázaro, el Centro Histórico y Paseo de la Reforma es
de 103 detenidos, entre ellos 11 menores.
Los presentados ante el Ministerio Público hay 72 hombres y 20 mujeres.
“Estamos
indignados en la ciudad de México frente a estas agresiones; no
quedarán impunes”, reiteró en el segundo reporte del día sobre los
hechos.
En
la víspera de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como presidente
de México, apareció un nuevo grupo insurgente en el escenario nacional.
Se trata del Ejercito Popular Magonista de Liberación Nacional
(EPM-LN).
Fechado
el viernes 30 de noviembre, el primer “comunicado revolucionario” de la
organización repudia el fraude electoral y exige “el respeto a la
voluntad popular expresada en el reciente proceso electoral”.
En
11 líneas de acción, llama a “pasar a la ofensiva de acuerdo a nuestras
fuerzas político y militares”, “perseguir a Peña Nieto en todos sus
eventos para que tenga que salir huyendo como en la Universidad
Iberoamericana”, y “acelerar la formación de grupos de autodefensa y
unidades militares en todo el territorio nacional”.
Además,
también convoca a acelerar la construcción de policías comunitarias y
de gobiernos autónomos y repudiar a los organismos e instrumentos
oficiosos, como el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). “Tomar en
nuestras manos el destino de nuestros pueblos”.
El comunicado está firmado por los comandantes insurgentes Damián, Ricardo y Tania.
En
los desmanes de ayer, resaltó la falta de coordinación en las fuerzas
de la Policía Federal, misma que no tiene cabeza, pues la administración
federal sólo nombró a Manuel Mondragón y Kalb, ex secretario de la
policía capitalina, como encargado de despacho de la subsecretaría de
Planeación.
Además,
en los hechos violentos se evidenciaron las diferencias entre la
policía capitalina y la policía federal, quienes se acusaron mutuamente
de abusar de la fuerza para repeler a los grupos de estudiantes,
activistas y anarquistas que protestaron ayer en el primer cuadro de la
ciudad.
La
policía capitalina criticó a su contraparte de disparar balas de goma,
mientras que la federal se deslindó del uso de granadas de gas
lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.
Fuente: 24 Horas
Diciembre/01/2012
www.libertadguerrero.net
___________________________________________________
0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.