APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO | Conaculta, fichaje de usuarios - Libertad Guerrero Noticias

APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO | Conaculta, fichaje de usuarios

APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO
Conaculta, fichaje de usuarios
Por Jeremías Marquines

Usuarios y visistantes son fotografiados y fichados para poder acceder

Si preguntara ¿en qué se parecen las oficinas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a la empresa camionera Estrella Blanca del cacique guerrerense Rubén Figueroa? No pocos podrían objetar que ni en las sillas se parecen, sin embargo, se equivocan, en estos dos organismos hay más similitudes de lo que parece.
La respuesta, es que ambos violan el derecho ciudadano de protección de datos personales, pues personal de seguridad privada contratado por estos organismos recopilan información de las credenciales de elector, además de filmar y fotografiar a las personas sin su consentimiento, bajo el poco efectivo argumento de que es “por su propia seguridad”. Sin embargo, esta información extraída  ya sea por condicionamiento de un servicio, o el acceso a un lugar público, o por medio de argumentos falaces, no es protegida por ninguna medida de seguridad, y en muchas ocasiones, esta información va a parar a manos de extorsionadores y secuestradores, pues lo empleados de las compañías de seguridad no son confiables.
El artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos estipula que: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. Además, el párrafo dos señala que: “Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los términos que fije la ley…”.
La restricción al libre tránsito en las oficinas centrales de Conaculta, ubicadas en Paseo de la Reforma, donde funcionarios culturales con mentalidad parapolicíaca instalaron en el lobby un retén que otorga trato de delincuente en potencia a artistas y usuarios que por necesidad tienen que visitar esas oficinas, representa, sin atenuante alguno, un agravio a las libertades ciudadanas y una reprobable actitud paranoica que lesiona las garantías individuales consagradas en el artículo 16 constitucional.
Por ningún motivo se justifica que para ingresar a unas oficinas públicas, los ciudadanos tengan que ser vejados y recibir trato de sospechosos por un personal parapoliciaco que además es pagado con dinero de los ciudadanos a los que condicionan el ingreso reteniéndoles su credencial de elector y revisando sus datos personales sin ninguna garantía de seguridad. La situación se torna aún más agraviante cuando se cree que las oficinas son visitadas por artistas y promotores culturales, gente de bien, no sospechosos a los que se les tiene que fichar, fotografiar, filmar y retenerles por un rato su credencial de elector. Todas estas acciones cometidas por el personal de seguridad que trabaja para el Conaculta representan delitos y vejaciones a las garantías individuales que son soslayadas por una ciudadanía que se mueve entre el borreguismo y la apatía.
Esta forma de violación de las garantías ciudadanas, es la misma que realiza la empresa camionera Estrella Blanca, del cacique del Sur Rubén Figueroa. Mientras en Conaculta restringen el acceso a todo aquél que no tenga una identificación, la empresa camionera maltrata e impide que los usuarios sin identificación viajen y aquellos que lo hacen, son filmados sin su consentimiento.
El argumento para cometer tal ultraje, es el supuesto de la seguridad. Por principio, la pregunta es pertinente: ¿seguridad de quién? ¿De los ciudadanos?, no es cierto. La recolección de datos personales de manera obligada, no impide de ninguna manera la comisión de delito alguno. Lo que sí hace es violentar derechos constitucionales, pone en riesgo la vida privada de los ciudadanos, impide el libre tránsito y molesta a las personas. Filmar o fotografiar a ciudadanos de bien que pagan por un servicio o que acuden a una oficina pública a realizar algún engorroso trámite, sólo significa un abuso descomunal que, además, pone en peligro, eso sí, la seguridad personal de los ciudadanos porque sus datos personales, fotografías y filmaciones de su rostro quedan en manos de agentes de seguridad privada, que tras ser despedidos pueden hacer con esa información materia fecunda para cometer secuestros u otros delitos como la extorsión.
México es un Estado que ha fallado en darles protección a sus ciudadanos. Es por esta razón y por la impunidad, que particulares paranoicos asumen las funciones de prevención del delito, pero al hacerlo, violan la ley y lesionan las garantías ciudadanas y los derechos humanos. Conaculta y la empresa Estrella Blanca deben dejar de fotografiar y condicionar el acceso a los usuarios, los diputados federales y el propio gobierno de la República deben impedir que particulares asuman peligrosamente funciones que sólo competen a los órganos de seguridad del país y deben procurase sanciones ejemplares a quienes impidan a las y los ciudadanos el libre tránsito bajo un argumento tan desprestigiado y pendejo como la seguridad en abstracto.
Conaculta, lo que falta
En el ámbito de la creación artística en México se espera con incertidumbre y desconfianza el nombramiento del nuevo o la nueva encargada de Conaculta. Varios dicen que se continuará la línea marcada por los anteriores gobiernos del PAN, y Peña nombrará a una mujer. Algunos enterados advierten que como Beatriz Paredes no alcanzó cargo de primer nivel en el nuevo gabinete, puede ser que como consolación la envíen a administrar la cosa cultural. Lo que sí sería ruinoso es que, como si no hubiera más inteligencia en este país, el salinista Rafael Tovar y de Teresa tuviera que volver a repetir en la presidencia de Conaculta. Ya de monstruos y aliéns retros rebosa el gabinete peñista.
Quien finalmente quede en ese aparato burocrático cultural, deberá profundizar en una mayor transparencia y rendición de cuentas para que no vuelva a ocurrir lo de la estela de luz o encuentros de una semana que cuestan 23 millones de pesos, tiene que bajarle a la carnavalización de la cultura y a la producción de tanta chatarra efímera. Se le tiene que devolver su carácter general de revista de arte y literatura a Tierra Adentro, convertida en los últimos años en el reducto de un grupúsculo que desde allí buscó imponer sus particularísimos gustos y direccionar sus diferencias. Deben democratizarse aún más los estímulos a la creación y acotar el mafiosismo y preferencialismo que anida en las oficinas de esa institución, y continuar con más intensidad en la descentralización de programas y acciones. De igual manera, se tendrá que reorientar la funcionalidad de los apoyos, pues, aunque es meritoria la realización de 415 películas, también es necesario que existan salas de cine para exhibirlas. En la parte editorial, no basta con editar libros a mansalva, sino que deben buscarse medios más eficientes para que éstos lleguen a los lectores, está comprobado que la red de librerías Educal es un elefantote rosa, lento y quejumbroso, que se mueve a veces según esté el humor y las simpatías de sus directores… El Conaculta no debe ser sólo una fábrica de cosas artísticas y culturales bonitas, estandarizadas y bien hechecitas, tiene que  involucrarse más en la formación de públicos, y en la educación artística, de nada sirve una gran producción artística sin públicos para disfrutarla y aprehenderla, de nada sirve editar miles de libros anualmente si el analfabetismo potencial crece cada vez más. Uno de los retos sería incorporar más arte y más cultura en la televisión y la radio comerciales. De alguna manera tiene que contenerse tanta estupidez televisiva que está volviendo zombies a los mexicanos. En el país hay millones de pantallas de televisión ubicadas en sitios de gran concentración de gente: bancos, terminales de autobuses, comercios, etc., donde sólo ponen los programas de televisa o tv azteca para que la gente se entretenga o se idiotice, lo ideal sería lograr un acuerdo nacional para que esas pantallas incluyan programación cultural y así cuando menos compensar un poco tanta idiotez, además de servir de proyección a los artistas y sus obras… Este país cambiaría si se cambia la educación artística. Los avances que se han logrado en este campo como el Programa Nacional de Educación Artística (PNEA), cuyo propósito es estimular la investigación y la educación artística, el Programa de Apoyo a la Docencia, Investigación y Difusión de las Artes (PADID) y la maestría en Desarrollo Educativo (Conaculta-Cenart), no se ve referenciado en el desarrollo de los educandos, ni en los propios profesores, el atraso es evidente porque quienes se apuntan para dar esta materia en las escuelas son profesores sin pasión y sin compromiso con la enseñanza artística, la mayoría de ellos piensan que la poesía mexicana no ha pasado de López Velarde o Amado Nervo, de música y artes visuales lo ignoran todo, por eso no es de extrañar que cada vez haya menos público, menos individuos interesados en el arte, mientras crecen por millones los obsesionados por el espectáculo televisivo.

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Edición: Fracalo

Libertad Guerrero Noticias, periódico online editado desde el puerto de Acapulco, Guerrero, México, bajo la dirección del periodista Francisco Cárdenas López (Fracalo). Contacto: fracalo2001@yahoo.com.mx

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