El segundo homenaje para despedir a Chavela Vargas se vio ensombrecido
por la presencia de su sobrina, Gisela Vargas, quien llegó para hacer valer la
supuesta última voluntad de la intérprete
CIUDAD
DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).- Aunque en repetidas ocasiones, Chavela Vargas hizo
público el distanciamiento con su familia, Gisela Vargas, sobrina de la
intérprete, llegó al país con la intención de reclamar sus “derechos” y “hacer
valer la última voluntad” de la Macorina, que es distinta a la que expuso hace
unos días María Cortina.
“A lo que viene la
familia es a asegurar la última voluntad de Isabel Vargas Lizama, a quien
conocen como Chavela, a despedir sus restos como el más básico derecho humanos
y que nadie discute, más que la señora Cortina que se ha cerrado a ello”,
explicó Gisela Vargas, sobrina de la intérprete.
María Cortina, amiga y
biógrafa de Vargas, permaneció a su lado hasta el último de sus suspiros y dio
a conocer que su última voluntad era ser cremada y que sus cenizas se
esparcieran en el cerro del Tepozteco y en la comunidad Huichila que la declaró
Chamana Mayor; sin embargo, Gisela Vargas argumenta otra petición.
“Al día de hoy, la
familia no ha podido estar en presencia del cuerpo para rezarle y entregarle su
jorongo más apreciado, su dije original y único de Chamana que es requisito
para que, según sus creencias, pueda trascender.
“No queremos que sea
cremada sin que podamos disponer de sus restos y vestirla con la ropa que ella
designó desde hace tiempo, incluyendo su traje de Chamana y el jorongo de la
suerte que le regaló José Alfredo Jiménez”, añadió la sobrina.
Y es que, la supuesta
petición que la Chamana hizo a sus familiares, hace varios años, consistía en
“que sus cenizas fueran lanzadas al mar, mitad en Veracruz, Atlántico y mitad
Guanacaste, Pacífico. Quiso igual que sus cenizas fueran despedidas en Veracruz
y Madrid, para finalmente descansar en paz en ambos océanos”, explicó Gisela.
Pero los intentos han
sido en vano, expuso el abogado y representante de los familiares de Chavela,
Pablo Barahona, “la familia no se ha hecho presente en México porque no ha sido
posible, no hemos contado con la seguridad para ello, ni con asistencia ni del
apoyo del Gobierno Federal, ni del Gobierno de la Ciudad.
“Incluso ayer solicitamos
el acceso a Garibaldi y no quisieron; nos dijeron que llegáramos por nuestros
propios medios y eso es prácticamente un ‘no lleguen. Ayer nos presentamos a la
funeraria para hacer valer la visita, fuimos de madrugada, fuera de focos y
cámaras y nos fue negado”, añadió el abogado.
Gisela Vargas arribó al
palacio de Bellas Artes con la intención de ofrecer su postura ante los medios
de comunicación presentes en el segundo homenaje de La Chamana, pero en ningún
momento tuvo contacto con los restos mortales de su tía, porque “no me lo han
permitido”, comentó.
Y aunque las preguntas de
la prensa fueron directas en cuanto al distanciamiento familiar que Chavela
hizo público desde hace tiempo, la sobrina se negó a responder abiertamente,
“no me dejan hablar”, “no puedo decir nada”, fueron sus argumentos.
El segundo homenaje de La
Chamana se realizó con especial emotividad al interior del Palacio de Bellas
Artes, donde se dieron cita amigos de la intérprete y algunos funcionarios de
esta ciudad.
De nueva cuenta, Eugenia
León, Lila Downs y Tania Libertad unieron sus voces para acompañar a la chamana
en su viaje al ritmo de Llorona y Las golondrinas; enseguida ingresó el
mariachi para interpretar algunos clásicos de la música mexicana, en tanto el
público desfilaba frente al féretro.
Emotivo homenaje:
En punto de la una de la
tarde, arribó el cuerpo de Vargas al Palacio de Bellas Artes, ingresó al
vestíbulo escoltada por un mariachi y a ritmo de El último trago.
Consuelo Saizar, presidenta
de Conaculta, recibió los restos mortuorios de la Macorina y la acompañó hasta
el vestíbulo para arrancar con el segundo tributo.
Tras la proyección de un
video en el que Chavela interpreta Llorona, Teresa Vicencio, directora del
INBA, ofreció las primeras palabras; le siguió María Cortina.
Enseguida tomó el micrófono
Consuelo Saizar a fin de recordar parte de la trayectoria de Chavela Vargas en
la música vernácula y su paso por el séptimo arte.
El trío de voces
conformado por Eugenia León, Tania Libertad y Lila Downs, tuvo el honor de
despedir a la Chamana al ritmo de Llorona y tras ellas ingresó el público.
Entre cada interpretación
del mariachi, desfilaron los seguidores de la Macorina, que desde temprano
hicieron fila al pie del palacio con tal de despedirla.
Fuente: Milenio
Agosto/07/2012
www.libertadguerrero.net
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