Ni Elektra ni Coppel de salvan del pago de
cuotas, asegura un ex trabajador del volante que fue obligado a prestar e
servicio a un grupo de sicarios que ya no ocupan vehículos de lujo para burlar los filtros de seguridad
ACAPULCO (www.libertadguerrero.net).- En los último mes supuestos integrantes de células
delictivas de las organizaciones criminales como La Barredora, El
Comando del Diablo, La Empresa y Los Chapos,
han cambiado sus formas de cobrar extorsiones y cuotas al comercio informal y
establecido en la zona conurbada.
Un recorrido
y entrevistas con los comerciantes y transportistas en cuatro de las áreas de
mayor influencia de estas células o bandas delictivas, deja al
descubierto que ahora son taxis los que utilizan para llegar a los
establecimientos y pedir a sus propietarios el pago de la cuota.
Además
utilizan las unidades y sus choferes para desplazarse de un lugar a otro sin
ser detectados por las autoridades, pues realizan sus cobros en áreas donde
tienen un amplio abanico de informantes, que de manera permanente les indican
si hay movimiento de las fuerzas federales.
Ya no
utilizan la noche para cobijarse con el manto de la obscuridad, los cobros los
hacen a plena luz del día.
El cobro de
las cuotas empieza a las 14 horas y terminan a las 19 o 20 horas, los tiempos
exactos para encontrar abiertos y con ingresos a todos los negocios, porque
después de las 20 horas, ya cerraron.
Extorsiones y
cuotas al comercio organizado se efectúan en la zona conurbada del puerto que
incluye principalmente Ciudad Renacimiento, Emiliano Zapata, Vacacional y hasta
la Central de Abastos, donde no cesan las amenazas y diariamente, hombres
armados obligan a “reportarse” con sus pagos.
“Dicen que
son de La Barredora, otros que del Comando del Diablo, que de La Empresa, y que
del Chapo, ya no se sabe. Lo único cierto es que hay que pagar”, dijeron
algunos comerciantes que se animaron a hablar.
“Taxistas secuestrados para
cobrar cuotas”
Es de tez
moreno claro, se ríe de nervios. Se mueve de un lugar a otro, suda, no sabe qué
hacer con sus manos.
-¿No habrá
pedo? —Le pregunta en voz baja a su amigo.
-No wey, solo
te van a escuchar, tú solo platícales que fue lo que pasó, no hay problema. Yo
deje de ser taxista, pues me dio miedo, ya pasó pero tengo miedo porque vieron
el taxi en el que iba con ellos, yo no hice nada, pero da miedo.
Y empieza a
narrar:
“Iba
circulando en mi taxi y primero uno me hizo la parada, luego adelante se
subieron otros dos. Me encañonó y creí que me iban a asaltar o robar el carro.
–!La cartera
puto!, me pidieron y se las entregue… te piden la credencial del IFE, la
licencia, anotan los datos.
–Jálate, nos
vas a acompañar, no te va a pasar nada, solo obedece y no la hagas de pedo, tu
tranquilo relájate-, le dice el que va adelante. Aclara que en su caso los tres
eran chavos de la zona, y solo uno de ellos llevaba fierro (pistola) y en una
hoja el nombre, dirección y teléfono de los que pagan cuota, dice el ahora
albañil.
“Llegamos
a una ferretería, y me dijeron párate aquí. Los dos que iban atrás se
bajaron, se dirigieron al del mostrador y les entregó dinero, se regresaron y
luego al mercado, ahí no vi nada, pero cuando regresaron dijeron que el
carnicero ya había pagado lo que tenía atrasado.
Así dice que
recorrieron Renacimiento, la Central de Abastos, Arroyo Seco y La Venta,
cobraron en unos 15 negocios, terminamos como a las siete, me dijeron órale
llégale y si dices algo ya sabemos dónde vives, y se fueron.
Otro de los
taxistas explica que recorrieron misceláneas, carnicerías, tiendas de
abarrotes, casas de prestamistas, en la Central de Abastos, Zapaterías y hasta
a los hoteles de paso, y dice que a todos les cobran como “en Elektra o Copel,
con pagos chiquitos”, dice burlón el transportista.
-¿Cómo?
-Si a los
ambulantes les cobran por semana, a otros diario como los que llegan de fuera
con naranjas, frutas o verduras, carnes y lácteos, todos pagan, y como van
armados, pues no se niega nadie.
“Ya no se
puede trabajar donde quiera los encontramos vigilando, hablando o siguiendo a
las personas. Ellos no descansan, siempre andan trabajando y
hay mucha gente que les ayuda. Incluso hasta policías y otras personas”, dice
el chofer.
Confiesa que
a él le tocó ser testigo del asalto a un Oxxo, donde sacaron botellas, aguas,
botana y dinero.
El final me
dieron 200 pesos para la gasolina y me amenazaron: "Si dices algo ya te
tenemos ubicado y te vamos a buscar para cortarte la cabeza".
Por Javier Trujillo
Agosto/19/2012
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