CIUDAD
DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net)- Los narcotraficantes mexicanos han
aplicado una política de terror contra los periodistas que no se someten a sus
designios, con asesinatos atroces, decapitaciones y desmembramientos de
comunicadores, con lo que han logrado silenciar a la prensa en muchos lugares
de México.
En
los últimos cinco años, "el poder
del narcotráfico ha silenciado a un gran sector del periodismo nacional",
dijo a AFP Raúl Omar Martínez, presidente de la Fundación Buendía y director de
la Revista Mexicana de Comunicación.
La
semana pasada, los cadáveres de tres fotógrafos y una empleada de un diario aparecieron
descuartizados, pocos días después del asesinato de la corresponsal del
prestigioso semanario Proceso, en Veracruz, sobre el Golfo de México.
Algunas
de las víctimas acudieron por su cuenta a la cita en la que encontraron la
muerte. Gabriel Huge, uno de los periodistas asesinados en Veracruz la semana
pasada, al salir de casa el día que desapareció entregó su cámara a su hermana
Mercedes. "Ahora pienso que él sabía lo que iba pasar", dijo a AFP el
día del funeral la mujer, madre también de un fotógrafo de 22 años asesinado
junto con su tío.
Nadie
sabe con certeza la poderosa razón que los motivó a acudir a ese encuentro.
Según
un periodista de Veracruz, desde que mataron en julio de 2011 a Yolanda Ordaz
de la Cruz, del diario Notiver, sus colegas no habían vuelto a ser
"convocados" por los narcotraficantes, dijo bajo anonimato.
Hasta
entonces, reporteros y fotógrafos de fuentes policiacas de Veracruz eran
convocados de vez en cuando por los pistoleros, que les exigían publicar una
noticia o no publicar otra, y llegaron a castigarlos con golpizas por no
obedecer, según testimonian varios de ellos.
Entre 2008 y 2011, los Zetas controlaron las
actividades delictivas y a acosaron a la prensa local en el puerto de Veracruz. Pero a mediados de
2011, el grupo Nueva Generación o MataZetas, vinculada al cártel de Sinaloa,
encabezado por el poderoso capo Joaquín 'Chapo' Guzmán, logró entrar a ese
territorio para combatir a Los Zetas, perpetrando grandes masacres.
Un reportero de Veracruz, que conversó con AFP a
condición de no ser identificado, ilustró
las amenazas que penden sobre los periodistas en Veracruz.
"Un comandante de la policía que era tu fuente
a los pocos meses ya era un Zeta y te llamaba para darte
información", dijo el reportero.
"Yo me preguntaba qué tal si un día la moneda
se voltea y otra organización es la que te quiere presionar. Eso fue lo
que pasó" cuando llegaron los Matazetas, dice de su lado otro periodista
que confiesa querer retirarse completamente de la profesión.
Ocho
trabajadores de la prensa fueron asesinados en Veracruz en el último año,
incluida Regina Martínez, de la revista Proceso.
Veracruz,
uno de tres estados más poblados de México, con 8 millones de habitantes, es
considerado por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) como uno de los
10 sitios más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.
El
Comité de Protección a los Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, (CPJ) ha
documentado en Veracruz una "combinación de negligencia y corrupción
generalizada entre las fuerzas de seguridad, particularmente a nivel
estatal".
Antes
de hacerlo en Veracruz, Los Zetas -un peligroso cártel del narcotráfico creado
en la década de 1990 por ex militares de élite desertores- lograron silenciar
completamente a la prensa en Tamaulipas, un estado vecino fronterizo con
Estados Unidos.
Algo similar pasó en la también fronteriza Ciudad
Juárez, de
1.3 millones de habitantes. En septiembre de 2010 El Diario de Juárez, tras el
asesinato de uno de sus fotógrafos, publicó un mensaje dirigido a los cárteles
de la droga en el que preguntaba: "¿Que quieren de nosotros?".
"Qué
es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué
atenernos", dijo en su editorial.
Unos
días después, el gobierno del presidente Felipe Calderón anunció un plan de
protección a periodistas. El Congreso aprobó hace una semana una ley para
proteger a reporteros en riesgo. Pero los asesinatos continúan.
Según
la estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos desde 2000 han muerto 79
periodistas y 14 han desaparecidos en México.
Alberto
Herrera, director de Amnistía Internacional en México, consideró que sin
castigo a los culpables y con una impunidad de 98,5% en estos casos, las agresiones
continuarán.
Fuente: AFP
Mayo/09/2012
www.libertadguerrero.net
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