EL NÚMERO UNO Y LA POLÍTICA
El número uno en aritmética es el que va antes del
dos y de todos los demás números. Pero sin ellos no tiene mayor valor. El
número uno es inservible sin los otros números, aunque sea el número uno.
En política también se le llama el número uno al
Presidente de la República, al Gobernador de un Estado, al Presidente
Municipal, o bien al dirigente de una partido político, de un sector partidista, una organización
sindical, al director general de una empresa entre otras instituciones.
Cada titular de estas instituciones, de
manera individual, representa el número uno, pero sin sus colaboradores, no
podrían desarrollar sus funciones, es decir no tendrían mayor valor.
Ahora bien, llevando esta dinámica al terreno de
las campañas políticas concurrentes del 2012: elecciones federales y locales,
vemos que el número uno es el candidato a la Presidencia de la República de
cada partido, después el número uno de la fórmula al senado el que va en primer
lugar. Para las diputaciones federales, el número uno es el candidato
propietario distrital de cada partido, tratándose de candidato a diputado
local, el propietario del distrito local y el candidato a alcalde, es el número
uno para su ayuntamiento.
En las campañas políticas, cada candidato a un
cargo de elección popular, está en posibilidades de obtener el éxito en una
contienda, en función del equipo que sabe formar para dar la batalla electoral.
Los conocedores de estos temas sugieren entre otras cosas:
1.- Valorar y motivar a cada uno de los miembros de
su equipo. Destaque el talento colectivo.
2.- Buscar la complementariedad: personas
diferentes pero complementarias entre sí.
3.- Establecer una misión y metas
comunes. Definir claramente el papel de cada uno. Evite duplicidades.
4.- Planear las tareas y necesidades
de todos los integrantes.
5.- No permitir división. Ante los
conflictos, mostrar una actitud conciliatoria.
6.- Hacer del trabajo en equipo su
cultura de campaña.
Resulta oportuno recordar de las 47
insinuaciones a los políticos, de Azorín, las siguientes:
Saber
escuchar. No caiga el político en un yerro; debe distinguir a escritores y
oradores que por su talento, pueden ser, andando los años, polemistas temibles.
Cuando se mal informa a otra persona no formular juicios definitivos, en lo que
se dice entra la fantasía y el modo de ser de quien lo cuenta. Ocurrirá a veces
que, estando de mal humor, se da un trato injusto o una respuesta agria a quien
no la merece: evitar eso o corregir a tiempo, con afabilidad y cortesía. ¡Ojo¡
nadie merece ser agraviado. La política es como el amor, se construye a base de
atenciones y de detalles.
Los comentarios y artículos de opinión son
responsabilidad exclusiva de quien los firma. Libertad Guerrero
Noticias los publica en respeto irrestricto a la libertad de expresión.
____________________________________________________
0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.