CONTEXTO POLÍTICO
Aguirre: ¿Con AMLO o con Peña Nieto?
Por Efraín
Flores Iglesias
Los dirigentes nacionales del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) siempre han considerado a Guerrero como la entidad
más emblemática de la izquierda y de la lucha social del país. A lo mejor
tienen parte de razón. Pero se les olvida que la mayoría de los que han llegado
a ocupar cargos de elección popular a través de la izquierda, no son producto
de los movimientos sociales, sino que provienen del viejo PRI.
Ángel Heladio
Aguirre Rivero es el más claro ejemplo. Ni es de izquierda ni es un gobernante
demócrata.
Si el PRD postuló al ometepequense como su
candidato a la gubernatura en el pasado proceso electoral, es porque no había
quien derrotara al PRI. El único que tenía posibilidades de darle batalla a los
priístas, era Armando Chavarría Barrera,
pero las balas del odio y de la traición acabaron con su vida antes de anunciar
públicamente su aspiración para participar en la elección de 2011.
Al sol azteca le
mataron a su mejor gallo. ¿Quién o quiénes? Eso solamente las autoridades lo tendrán que resolver,
si es que realmente les interesa llegar a la verdad. Aunque queda muy claro que
en estos momentos ni los que fueron sus discípulos les interesa el asunto. Al
gobernador Aguirre, menos.
EL PASADO PRIÍSTA
DE AGUIRRE.- Desde muy joven, Aguirre Rivero se incorporó a las filas del PRI,
instituto político que le permitió obtener varios puestos en la administración
pública estatal y cargos de elección popular.
Desde luego que Aguirre Rivero necesitó del apoyo
de algunos personajes para escalar políticamente. Los ex gobernadores Alejandro Cervantes Delgado y Rubén Figueroa Alcocer influyeron
demasiado para que él trascendiera en su carrera política. Sólo con el primero
fue leal, ya que con el segundo cometió un acto de deslealtad desde el momento
en que tomó protesta como gobernador sustituto el 12 de marzo de 1996, ya que
empezó a correr del gobierno a casi todos los integrantes del figueroísmo que
tres años antes habían sido nombrados por Figueroa Alcocer como funcionarios y/o
servidores públicos en lugares estratégicos.
Su estilo de hacer
política (demagogia y simulación) la aprendió muy bien el viejo PRI.
Presumirá en estos momentos que es de izquierda y
que es un gobernante demócrata. Pero ni él se lo cree. A lo mejor los únicos
que creen en esa falacia son sus aduladores gratuitos y no gratuitos.
SUS NEXOS CON PEÑA
NIETO.-
Antes de ser perredista, Aguirre Rivero era el principal operador político del
proyecto presidencial del ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Al parecer eso ya
lo olvidaron algunos perredistas de triste memoria.
El abanderado presidencial de los partidos de
izquierda, Andrés Manuel López Obrador
sabe que no puede confiarse del cacique de Ometepec. Obviamente porque sabe que
éste jamás rompió políticamente con el candidato del Innombrable (Carlos Salinas de Gortari); sólo “rompió” con el ex
gobernador Rubén Figueroa Alcocer,
quien apoyó con todo la candidatura a gobernador de Manuel Añorve Baños (otro desleal). Que lo hayan arropado los oportunistas
dirigentes de cúpula del PRD, del PT y de Convergencia, es otra cosa. Lo cierto
es que Aguirre en ningún momento marcó distancia con Peña. Y hay quienes
suponen que él fue el candidato original del mexiquense para la gubernatura, y
no Añorve, ya que éste último tenía el sello beltronista.
Aguirre es experto
en confundir y manipular con su discurso demagógico. Y es experto también en
hacer alianzas hasta con los que antes fueron sus adversarios. Ejemplo: Manuel
Añorve.
En Acapulco, con tal de que uno de sus aliados de
la izquierda gane la alcaldía, ha operado junto con su primito en impulsar con
todo a un priísta débil para que pierda. A Aguirre y Añorve les conviene que
sea el diputado federal Fermín Alvarado
Arroyo, el candidato del PRI. Como Alejandro Carabias no pudo crecer en las
preferencias, optaron en apostarle a un cuadro del diputado Héctor Vicario Castrejón para dividir
al figueroísmo, o sea, el oriundo del barrio de El Teconche.
Ahora bien, los perredistas de base no deben
confiarse en el gobernador. Si fue capaz de mandar al carajo al partido que le
dio todos los cargos que ha tenido en su vida, ni modo que apoye a un candidato
presidencial que en la elección de gobernador no aportó ni un voto para que él
ganara la elección de gobernador.
Está muy claro que
la afinidad política de Aguirre es con Peña Nieto. Al tiempo.
ENTRE OTRAS COSAS…Todo parece indicar
que el Partido Nueva Alianza, va a postular en el actual proceso electoral, apersonajes
que cuenten con buena reputación y que no se hayan distinguido en actos de
corrupción.
En el caso del distrito electoral
local I, con sede en Chilpancingo, muy posiblemente su gallo sea Ignacio Arcos Vélez, quien a pesar de
no estar en los reflectores durante casi 10 años, ya está inquietando a los
priístas. El distrito I ha sido ganado siempre por el tricolor, pero el 1 de
julio corre el riesgo de pintarse de otro color.
Arcos Vélez ha laborado durante varios años en la
Secretaría de Educación Guerrero y ha desempeñado cargos en el Ayuntamiento de
Chilpancingo, en donde se ha distinguidoen atender con humildad y sencillez a
los ciudadanos. Su candidatura sería un acierto para el PANAL.
Comentarios:
efrain_flores_iglesias@hotmail.com
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