CIUDAD
DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).- Dos hombres se declararon culpables de
adquirir armas que serían contrabandeadas a México, en lo que representa la
primera vez que reconocen su responsabilidad personas que fueron seguidas por
la fallida operación “Rápido y Furioso” del gobierno federal.
Los
individuos eran llamados "compradores fantasma" que reconocieron
adquirir armas que sabían terminarían en México.
La
meta de la investigación del gobierno federal era capturar a los capos del
tráfico de armas, pero los agentes especializados en armamento perdieron el
rastro de muchas de ellas que intentaban seguir hasta los jefes de los grupos
de contrabando, y algunas fueron halladas después en escenas de delitos en
México y Estados Unidos.
Tanto
Jacob Wayne Chambers como Jacob Anthony Montelongo se declararon culpables el
lunes ante una corte federal de un cargo de asociación ilícita. Montelongo
también se declaró culpable de distribuir armas sin licencia.
Ambos
reconocieron formar parte de un grupo de contrabandistas de 20 integrantes
acusado de introducir armas a México para uso del cártel de Sinaloa.
Dos
fusiles adquiridos por el grupo fueron hallados en el sitio donde se produjo
una balacera en diciembre de 2010 cerca de la frontera entre México y Arizona,
y en la que resultó herido de muerte Brian Terry, agente de la Patrulla
Fronteriza. Las armas no fueron adquiridas por Chambers ni por Montelongo sino
por otro presunto miembro de la banda.
Una
pesquisa de republicanos del Congreso está enfocada en la investigación.
Varios
agentes de la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y
Explosivos han dicho que sus superiores les ordenaron permitir que presuntos
compradores fantasma se alejaran de las tiendas de armas del área de Phoenix
con fusiles de asalto AK-47 y otro armamento que se cree iban dirigidos a los
cárteles mexicanos de las drogas, en lugar de arrestar a los compradores e
incautarles las armas allí mismo.
La
agencia federal perdió el rastro de unas 1.400 de las más de 2.000 armas cuyas
adquisiciones generaron sospechas entre los investigadores de Rápido y Furioso.
Chambers
y Montelongo reconocieron haber comprado el armamento bajo la afirmación falsa
de que era para su uso personal, cuando en realidad lo estaban adquiriendo para
los organizadores del grupo y sabían que iba a ser contrabandeado a México.
Chambers
compró 79 armas de tres distribuidores autorizados en Arizona de septiembre de
2009 a diciembre de 2009 y recibió a cambio 50 dólares por cada AK-47 y 100
dólares por un fusil calibre .50 milímetros.
Montelongo
adquirió 109 armas de ocho distribuidores en Arizona, de enero de 2010 a julio
2010. Le pagaron 50 dólares por las pistolas, 100 por los fusiles y 150 por
cada uno de seis fusiles calibre .50 mm que compró.
Cada
uno enfrenta hasta cinco años de cárcel y una multa máxima de 250.000 dólares.
Su sentencia está fijada para el 21 de mayo.
Baltazar
Iñiguez, abogado de Montelongo, y Phil Noland, abogado de Jacob Wayne Chambers,
no devolvieron el martes de inmediato una llamada telefónica que solicitaba sus
comentarios.
El
juicio para el resto de los presuntos integrantes del grupo ha sido fijado para
el 25 de septiembre. Se han declarado inocentes de los cargos en su contra.
Fuente: AP
Enero/24/2012
www.libertadguerrero.net
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