CNDH: Informe Inconcluso
¿Y el Gobierno de Izquierda?
Por Rodrigo Huerta Pegueros*
La
Comisión Nacional de los Derechos Humanos dio a conocer su informe preliminar
sobre los sucesos acaecidos el pasado 12 de Diciembre del 2011 en la ciudad de
Chilpancingo en donde dos normalistas y un empleado de una gasolinera murieron
a consecuencia del enfrentamiento que se originó entre estudiantes de la normal
rural de Ayotzinapa y los diferentes cuerpos policiacos participantes
(federales, ministeriales y de seguridad pública estatal y municipal).
El
resolutivo de la comisión resultó, para decirlo suavemente, insatisfactorio
para todos, pero más, para la parte agraviada.
Como se
dijo antes, el informe no es concluyente tiene muchas lagunas insalvables, peca
de omisiones y una falta de rigor en la construcción de la crónica realizada y
dada a conocer a la opinión pública nacional.
Los
razonamientos de los participantes en la investigación de la CNDH son ambiguos
y confusos y la ausencia de dictamen sobre los presuntos culpables de los
asesinatos de los estudiantes es quizá la parte que mas agravia a todos los que
exigen, piden, solicitan y demandan que la impunidad no sea una vez más
intocable y que por ende el autoritarismo y la intolerancia puedan continuar
cabalgando sin límite alguno por el amplio y ancho territorio guerrerense.
Si bien
es cierto que la CNDH hace implícito la culpabilidad de las policías estatales
como las directamente culpables de los asesinatos, nunca se da a conocer cuáles
de los titulares—de entonces—de la Procuraduría General de Justicia del Estado
o de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil, ordenó el uso
de la fuerza y el disparo de armas de fuego.
La
relatoría del informe en cuestión se ve incompleta cuando no se menciona que
los hechos ocurridos el día de la
Guadalupana en la capital del estado de Guerrero fue a causa de la falta de
atención que se les dio a las demandas de los estudiantes y la petición
reiterada de que se otorgara una audiencia con el gobernador del estado misma
que se había pactado y que se había pospuesto una y otra vez.
Esta
falta de atención originó el bloqueo a la autopista del Sol por parte de los
normalistas, quienes si bien son harto violentos en su proceder no iban armados
y por lo tanto el trato que se les dio fue fuera de toda norma o protocolos debidamente
acreditados para ser observados por las fuerzas del orden público.
La
falla de origen no fue punto de atención por parte de la CNDH y no menciona la
forma como tradicionalmente se han comportado los normalistas y que casi se ha
hecho una tradición que cada cambio de sexenio se manifiesten para tener la
atención de las autoridades y se les de solución a sus demandas—que vale decir
que son históricas-- por lo tanto, se debió prever una actuación similar y la
respuesta debió ser instantánea y a favor de los manifestantes.
Si hoy
el gobernador se manifiesta dispuesto a dialogar, a sentarse a negociar y
discutir los temas de fondo de los normalistas, ¿por qué no se hizo lo propio
antes del 12 de Diciembre pasado? Alguien falló y esto produjo lo demás, aunque
los excesos de abuso de autoridad, de violaciones graves a los derechos humanos
corresponden a los responsables de las áreas de procuración de justicia y de
seguridad pública estatal y municipal.
Son
estos titulares los que deben responder por las muertes de los estudiantes y
del empleado de la gasolinera.
A los
nueve meses de iniciado este gobierno, las cosas iban más o menos bien. Había
dentro del gabinete sus disputas y jaloneos a causa de las elecciones federales
de julio próximo. Se tenía previsto que para estos días ya se hubiera separado
del cargo a quienes aspiran a un puesto de elección popular. Sin embargo a causa
de estos sucesos sangrientos todo quedó en un impasse y así continúa, aunque se espera que pronto se realicen los
cambios y pueda reencausarse el trabajo gubernamental.
Lo cierto es que del alumbramiento feliz se pasó al aborto.
Y a
consecuencia del informe presentado por la CNDH los grupos enfrentados
continuarán su batalla. Ahí están los que marcharon por las calles gritando
vivas por la paz, por el gobierno y mueras a los normalistas y desaparición de
la institución. Hubo otros que se reunieron en lugares cerrados pero con la
misma dinámica. Gritar consignas contra los estudiantes normalistas y vivas a
‘’Ángel Rey’’.
Los
exabruptos no faltaron, quizá debería decir, sobraron. La falta de una visión
real de lo que ocurre fue demasiado obvio. Eran corifeos. No iban motu propio,
iban por interés personal o de grupo. No había voces independientes ni
personajes validados por su trabajo social sino por su trabajo burocrático.
Y la
pregunta salta a la vista. ¿Dónde está el gobierno de izquierda o de las
izquierdas? No lo vemos por ningún lado. El PRD se ha deslavado, el PT es
comparsa y el Movimiento Ciudadano está inmovilizado.
Luego
entonces los que ordenan y mandan en el gobierno estatal no son los de las
fuerzas de izquierda sino de las fuerzas priistas que se cambiaron
temporalmente hacia el lugar donde se colocó su ‘’mesías’’.
Los
gobiernos de izquierda no reprimen, no asesinan y no disuelven movimientos
populares, estudiantes o sociales.
Es más,
en un gobierno progresista no tendrían porqué ocurrir estos movimientos puesto
que deberían ser atendidos con diligencia, prestancia y eficacia. Ello no ha
ocurrido así.
Luego
entonces, estamos frente a un gobierno centrista y pragmático. Esto no puede
ser un buen augurio para los grupos democráticos que hubieran querido que el
nuevo gobierno ejerciera el poder de manera distinta y diferenciada con el de
su antecesor. No ha sido posible y mucho menos cuando ha quedado registrada la
falta de tolerancia de los encargados de procurar justicia y de dar seguridad y
protección a los ciudadanos de la entidad.
Insistimos:
el informe de la CNDH ha dejado insatisfecho a más de uno. Se requiere de que
este mismo informe presentado sea revisado y reeditado para que las
conclusiones que den en un tiempo perentorio deje establecido claramente
quiénes fueron las autoridades intelectuales responsables de los homicidios,
quienes fueron las policías materiales que dieron muerte a los estudiantes,
quiénes fueron los responsables del incendio y la posterior muerte del empleado
de la gasolinera.
A la
vez tendrá la CNDH que hacer un extrañamiento a las autoridades federales,
estatales y municipales por su omisión, descuido e irresponsabilidad en no atender a tiempo a la sociedad y sin
llegar a ejercer la fuerza pública para solucionarlos.
Ya el
gobierno estatal ha hecho saber que está dispuesto a acatar las recomendaciones
de la CNDH. Esperemos ver si se cumple con esta promesa. No vemos cómo lo va
hacer ni sabemos cuándo lo cumplirá.
Faltan
todavía muchos trámites que pasar para que la justicia brille. Por lo mismo, el
conflicto de la normal y el gobierno estatal seguirá presente como una piedra
en el zapato.
El
gobernador debe saber andar con ello y no descuidar las prioridades de la
entidad que no son pocas y si es reducido el tiempo que tiene para poder
enfrentarlas. Tampoco le debe quitar el
sueño la demanda de juicio político interpuesto por los normalistas ante el
Congreso federal y mucho menos debe alentar a grupos afines o seguidores
interesados que pueda llevar la confrontación a niveles impensados lo cual
podría ser mucho mas peligroso que los propios hechos ocurridos en la autopista
del Sol el pasado 12 de Diciembre.
¡Amarren a sus perros!
Periodista
y Analista Político*
observar@gmail.com
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