CIUDAD DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).- Está
por nacer y esta noche es el más esperado. Nadie sabe si será bondadoso, si
trae torta bajo el brazo, si será enfermizo o sorpresivo, pero la vendedora de
este local, en el Mercado de Sonora, jura que prendiendo doce velas, una
por cada mes del año, “preparadas” con semillas y miel, el pan nunca hará
falta.
En los pasillos es difícil pararse; rodeado de
personas que esperan turno mientras cargan bolsas negras llenas de veladoras y
otros más que quieren pasar, no hay para dónde hacerse.
El andador es estrecho y los golpes que dan los
bultos se olvidan cuando la señora abre la boca: “Llévate la canasta de la
abundancia, la veladora del Ven Dinero y el Abrecaminos”. La gente se empieza a
juntar alrededor de ella como si tuviera la clave del éxito para el 2012. Es
tan buena recomendando cosas que hasta ganas dan de tomarte un café con ella.
“ Y usted, ¿qué tiene? ¿un negocio? Ah, ponga
canela en polvo en los muebles y haga una limpia de sahumerio con incienso
de romero, que despeja el ambiente, ruda para atraer el trabajo y esto que
protege de las malas vibraciones”.
Por ese mismo pasillo, hay un vendedor que
afirma que a las veladoras se les ponen semillas porque significa abundancia,
“habrá mucha hambre el próximo año” dice. Si es cierto o no es cosa que a la
chica que acaba de llegar al puesto no le importa. Ella va por amor. La
desesperación la lleva a comprar doce velas del amarre, el perfume miel de
amor hecho en Venezuela y el spray de feromonas.
Desde hace una semana cientos de personas
hicieron su lista de compras para ir a este Mercado, cuyos pasillos se llenaron
de gente que sólo tenía una cosa en común: su Fe.
Destierros, amuletos y limpias se hicieron al
por mayor desde las 8 de la mañana hasta el mediodía, cuando se comenzaba a ir
la gente. Hace dos décadas que el último día del año Marilú Trujillo Noriega se
surte en este mercado. Pega trece monedas detrás de la puerta de entrada a su
casa “todas con el sol hacia afuera y el águila viendo hacia adentro” y prende
varitas de incienso que atraen el dinero y el negocio, mientras ella se pasea
por todos los cuartos de la casa deseando lo mejor para el año venidero.
Asegura que esto le ha traído buena suerte.
Compró una casa y lo atribuye a un preparado de semillas de mostaza, maíz,
trigo y girasol que colocó en un plato blanco, nuevo, sobre la mesa de su
comedor.
“Debajo de las semillas coloco un papel estraza
con mis doce deseos y las revuelvo con lingotes, cuarzos, monedas y ajos
chinos. Sobre este preparado espolvoreo canela en forma de triángulo y coloco
una manzana roja junto a un borrego”.
Este año, Marilú dejó en el Mercado de Sonora
800 pesos de su aguinaldo, los “invirtió” en todas las semillas que compró, no
solo para su buena fortuna, también para la de sus hijos, sobrinos y hermanos.
Jorge es vendedor y dice que minutos antes de la
despedida del año, se debe hacer mucho ruido para ahuyentar a los espíritus
negativos que están cerca y salir a la calle con maletas para tener un
viaje durante el año; todo esto mientras luces una prenda nueva, de preferencia
ropa interior amarilla para atraer el dinero.
Las casamenteras, además de usar ropa
interior roja y volteada al revés, se cree que con cada campanada deben
sentarse y volverse a parar para conseguir matrimonio, explica.
Fuente:
Notimex
Diciembre/31/2011
www.libertadguerrero.net
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