ACAPULCO (www.libertadguerrero.net).- La cercanía anímica del pueblo con los
soldados del Ejército Mexicano se ha visto
deteriorada desde diciembre del 2006, en que a todos esos valientes de
uniforme verde los sacaron de sus cuarteles y tareas institucionales, para
emprender una guerra contra el narcotráfico en que nunca se calculó el
costo-beneficio, ni las probabilidades de ganar esa contienda irregular y
sucia.
Aproximadamente 50 mil muertos después, por los
conflictos entre mafias y cárteles que se disputan a sangre y fuego el
predominio de rutas, plazas y regiones enteras, las fuerzas armadas y las
corporaciones policiacas también han sufrido la baja de cientos de elementos en
cumplimiento del deber; ahí no se vale llorar ni reclamar, sino seguir alertas
y dispuestos a rifársela.
Lamentablemente ese contacto forzado con el
pueblo no ha sido lo mejor para una respetuosa y amistosa relación entre
mexicanos, ya que cuando los militares
recorren y patrullan las calles y poblaciones es en busca de
delincuentes que pueden atacar en cualquier momento por sorpresa, los
reporteros se encuentran en medio con la obligación de informar lo que acontece
en las calles, aún cuando soldados, marinos y policías se equivocan y ahí es
donde se agrian las incipientes relaciones.
Marinos, policías y soldados son poco afectos a dejar entrar a sus cuarteles e
instalaciones a los “civiles”, no les gusta ser observados en su intimidad
profesional ni en su peligroso desempeño en las calles, por eso parecerían
estar todos ellos en contra de los que se ganan la vida con una camarita y
grabadora testimoniando los hechos y consiguiendo noticias, a ellos los someten y esculcan cuando quieren, al cabo andan armados y muchos
todavía encapuchados.
Han sido tan intensos casi ya cinco años de refuego y peligro, que ni las máximas
autoridades militares ni civiles han recapacitado en que faltan acciones de
acercamiento y entendimiento entre periodistas y elementos de las fuerzas
armadas, desde rasos hasta jefazos de uno y otro bando.
No basta con que políticos y altos funcionarios
compartan el pan y la sal amenamente en reuniones muy cordiales, si se olvidan
de los miembros de ambas partes que se encuentran en las calles en los momentos
de la acción y tienen constantes fricciones y malos entendidos, por eso a veces
las notas con jiribilla o de mala leche tergiversando las cosas.
Cuando el 17 de octubre pasado tomó posesión de
la Comandancia de la IX Región Militar con instalaciones en Cumbres de Llano
largo, Acapulco, el General de División Guillermo Moreno Serrano, acosado por
algunos reporteros que lo bombardearon con preguntas capciosas
simultáneas, tuvo que defenderse diciéndoles que “no fueran perversos, que los
militares no venían a matar sino a
cumplir con las leyes combatiendo a la delincuencia organizada y el
narcotráfico”.
Así las
cosas, el gremio sigue en ascuas respecto a si
se quiere una relación amable con la IX Región Militar o no, sin embargo
ayer viernes al mediodía trascendió que el Gobernador Angel Aguirre Rivero ya
tuvo un buen acercamiento con el General Guillermo Moreno Serrano junto con sus
jefes y oficiales y el Secretario General de Gobierno Humberto Salgado Gómez,
que fue virtualmente “atracado” por algunos reporteros al salir del Hotel
Elcano, así como quieren algunos periodistas que no los manden lejos y de malas
los funcionarios civiles o militares.
La visita a las instalaciones de Cumbres de
Llano Largo, que fueran inauguradas por el General Heriberto Salinas Altés en
el periodo de José Francisco Ruiz Massieu, fue igual para agradecer de parte
del gobierno estatal el valioso auxilio e intervención del Ejército, La Marina
y la Policía Federal para lograr hacer la limpieza de maleantes de toda laya,
tan necesaria en Guerrero, donde el hampa rebasó a las policías municipales,
estatal y ministerial de la Procuraduría.
Gracias al apoyo de todos esos elementos bien
capacitados y disciplinados, Acapulco está comenzando a levantarse y a superar ese virtual “toque de queda” que
paralizó la economía e inhibió la
afluencia de turistas.
Este fin de semana alargado del “puente
revolucionario”, se echó la casa por la ventana con el festival de Cine y el espectáculo aéreo y
en lo que muchos paisanos y residentes del puerto no han atinado a darse cuenta
plenamente, es que desde que llegó el General de División Guillermo Moreno
Serrano, los elementos en los patrullajes ya dan la cara, no solamente los
soldados, sino los marinos y los policías federales, así la gente ya no les
tiene tanto miedo…
A ver cuando discurren intentar limar asperezas
con la prensa de trinchera y coordinar esfuerzos.
Por
José F. V. Zepeda
Noviembre/19/2011
www.libertadguerrero.net
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