Candidaturas
Disputadas
Por
Rodrigo Huerta Pegueros*
Para
quienes piensan que las elecciones del pasado domingo 3 de julio fueron una
especie como de aduana rumbo a las elecciones federales del 2012, deberán
repensar que no siempre los electores actúan como lo piensan los políticos o
los tecnócratas de las encuestas o sondeos de opinión e inclusive como pensamos
los que nos dedicamos al análisis político.
La
actitud humana es y ha sido desde siempre errática. Solo cuando se alinean
algunas cuestiones de índole político y social los individuos responden a
ciertos parámetros que pueden ser debidamente medidos. Pero no es el caso de
las elecciones del 2011 registradas en el estado de México, Coahuila, Nayarit e
Hidalgo.
No
podemos dejar de pensar en los triunfos que los partidos de izquierda tuvieron en
el pasado año del 2010 en entidades emblemáticas del priismo como fueron los
casos de Sinaloa, Oaxaca y Puebla. Hoy, los que obtuvieron triunfos en el 2010
sufrieron cruentas derrotas que los tienen que hacer pensar dos veces de lo que
hicieron mal o lo que dejaron de hacer para poder influir en el ánimo de los
electores.
Los prisitas
deberán verse en el resquebrajado espejo de Guerrero donde según todos
los pronósticos iban en caballo de hacienda rumbo a Casa Guerrero, pero se les travesó la mano del cacique quien
impuso condiciones y al final obtuvieron una derrota estrepitosa.
Por
lo tanto, los que aseguran que el PRI está cerca de arribar a Los Pinos, pues no es así de fácil y no
se puede asegurar nada, pues falta casi un año para que las elecciones se
efectúen y un año en política es demasiado tiempo, sobre todo cuando en el
espectro político electoral de los partidos, los candidatos no están definidos
y hay una serie de precandidatos que se pueden medir en cuanto a popularidad,
trabajo administrativo y de orden social.
Pero
para ser mas claros, diríamos que la próxima contienda electoral será más
disputada que la pasada del 2006 y particularmente las confrontaciones serán más
acaloradas, particularmente las que se registrarán al interior de los partidos
políticos, incluido el Partido Revolucionario Institucional, donde la mayoría
dice que será su candidato indiscutible el actual gobernador del estado de
México, Enrique Peña Nieto, y quien obtuvo rotundo triunfo en la pasada
contienda electoral para elegir a su sucesor. Ahí, en esa entidad se avasalló
al PRD y al PAN.
Se
dice que lo mismo ocurrirá en la disputa electoral por la presidencia de la
República. Quizá la euforia les nuble la vista a algunos tricolores y no vean
que dentro de su propio partido hay otros aspirantes o cuando menos uno más que
Peña Nieto que es el senador Manlio Fabio Beltrones quien ha reiterado su
predisposición de disputarle la candidatura al gobernador mexiquense.
No
en balde se dice que el peligro para el PRI está dentro de su partido y no
fuera de este. Beltrones no es un primerizo y no se ha lanzado abiertamente a
contender por la candidatura si no tuviese a su favor algunos dados y algunas
propuestas de quienes dirigen y mandan al interior de ese partido.
La
unidad necesaria y requerida para que el PRI pueda remontar su desprestigio
histórico y logre un triunfo para la presidencia de la República, es la que
todavía no se puede asegurar. Según las formas como se disputen la candidatura
al interior del PRI será el resultado que tendrán en torno a la unidad.
Recordemos que Beltrones ha recorrido ya todos los puestos de elección popular
que se le pueda pedir a un político en este país. Ha sido diputado, senador,
gobernador, funcionario federal y ha prestado sendos servicios a las viejas
estructuras del partido.
Hoy
lo único que le resta por disputar es su ascenso a la presidencia de la
República y ese reto lo puede llevar a realizar cosas impensables para obtener
las simpatías de quienes deciden finalmente estas cuestiones. Dicho de otro
modo, Beltrones jugará su última carta y su último boleto para subirse al tren
de la historia. De no lograrlo ahora, no lo podrá hacer después, estará
rebasado, no solo por el tiempo sino por los nuevos actores que surgirán al
calor del nuevo gobernante en caso de que obtengan el triunfo en las elecciones
del 4 de julio del 2012.
No
menor es el reto que tiene enfrente el partido de Acción Nacional donde
secretarios de estado, legisladores y gobernadores en funciones han levantado
la mano para apuntarse en la carrera por la candidatura presidencial y
posteriormente en la lucha por los votos.
Ahí
tenemos como candidatos a secretarios, como al inefable titular de la
secretaría de hacienda, al no menos simpático secretario de trabajo y previsión
social, o al nada popular secretario de desarrollo social o al impecable
titular de la secretaría de educación pública.
No
menos importantes son en esta carrera por la candidatura dentro del PAN el
senador Santiago Creel Miranda o la diputada federal, Josefina Vázquez Mota. También
está el gobernador de Jalisco quien se ha apuntado con antelación y no ha
declinado su aspiración, sino todo lo contrario, ahora se siente con más
espolones para poder disputar la elección presidencial después de la debacle
que sufrió su partido en los comicios recientes.
Y
que decir de lo que ocurre en el partido de la Revolución Democrática en
Partido del Trabajo o en el de Convergencia (¿o diríamos Morena?). Ahí las
cosas no están nada bien, o mejor dicho, está todo mal, particularmente después
de las derrotas en Nayarit, Coahuila y Estado de México—en ese orden—donde los
dizque izquierdistas se dividieron y dieron al traste con toda la intención de
poder hacer un buen papel y enviar un mensaje a los electores rumbo a los
comicios del próximo año.
Andrés
Manuel López Obrador va en caballo de hacienda y será sin duda alguna el
candidato presidencia de los partido del Trabajo y Convergencia. El PRD si
acaso quiere sobrevivir, tendrá que sumarse a la candidatura del peje o si quiere de una vez por
todas cortar el cordón umbilical que tiene con el lópezobradorismo,
tendrá que optar por lanzar su propio candidato presidencial que no sería otro
más que el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón.
Sería
lo mejor que le pudiese pasar al PRD para que de una vez por todas se erija en
un partido como tal y no como un a parte de la coalición de izquierda que en
entidades y municipios han salido juntos para disputar las representaciones de
poder.
Por
lo tanto, en el PAN, tendrán que hacer un gran esfuerzo para elegir al
candidato idóneo que les pueda sumar y no restar dentro y fuera de la
organización y en el PRD, PT y Convergencia las cosas están casi definidas y no
hay más que de una sopa: o se va con López Obrador para hacer un papel decoroso
frente a los otros dos partidos (PRI y PAN) o se dividen y les irá como les fue
en las pasadas elecciones recientes del Estado de México, Coahuila y Nayarit.
Luego
entonces, dejarían de nueva cuenta que ‘’la
mafia del poder’’ (parafraseando al clásico) decidiera que partido
llega a Los Pinos.
No
menos disputadas y complejas serán las candidaturas en el estado de Guerrero en
donde por vez primera se tendrán que elegir a cientos de aspirantes a los más
diversos puestos de elección popular y a los gobiernos municipales. Pero este
tema lo abordaremos en otra oportunidad,
pues ya han empezado los dirigentes estatales de los partidos principales como
son PRI y PRD a lanzar una serie de mensajes sobre la forma como elegirán a sus
representantes. Algunos se han envalentonado y han hecho declaraciones ruidosas
más no contundentes.
La
pregunta sería: ¿tienen suficiente parque para ofrecer al electorado candidatos
de calidad o serán nuevamente reciclados, tránsfugas o clásicos o pocos los
personajes que cuenten con el respeto de los guerrerenses por sus actuaciones
en administraciones o en puestos de representación popular los que serán
postulados?
Ese
es el tema. Por lo pronto, debemos de concluir que esa idea que se vendió
durante el pasado proceso electoral del 3 de julio de que según el resultado de
esas elecciones sería una advertencia de lo que sucederá en el 2012, no es mas
que una falsedad de a kilo y sobre todo es considerar al electorado faltos de
sentido común y menores de edad por no decir mediocres.
Periodista y Analista Político*
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