Pareciera que para las autoridades valen más los comerciantes informales que los establecidos
ACAPULCO.- Los comerciantes ambulantes se multiplican a
diario en el primer cuadro de la ciudad, situación que ya cansó a los microempresarios
establecidos que anunciaron la suspensión del pago de impuestos al municipio.
Gabriel Sánchez Andraca, vicepresidente de la Asociación
de Comerciantes Establecidos en Acapulco señala que sus agremiados ya no pueden
con las cargas fiscales y el acoso de los inspectores de Reglamentos y Espectáculos.
“Para acabarla de amolar”, las ventas han descendido en
un 80 por ciento y el Ayuntamiento no hace nada por erradicar a los ambulantes
protegidos por las mafias que cobran derecho de piso, ante lo cual la autoridad
se hace de la vista gorda.
La situación para los locatarios es difícil porque están
cambiando los patrones de consumo debido a la inseguridad, hay menos ventas y a los dueños de los locales
poco les importan los problemas que sus arrendatarios enfrentan.
La situación para los que pagan impuestos, rentas,
servicios de luz, telefonía, agua potable y empleados es cada día más difícil,
situación que parece no importarle al gobierno de Acapulco.
EL ZÓCALO, UN MULADAR
En un recorrido realizado por Libertad Guerrero se pudo
constatar que las autoridades solapan el
comercio informal que representa una competencia desleal para quienes están
legalmente establecidos.
En las inmediaciones del zócalo de Acapulco el ruido de
los que venden discos piratas es estridente, lastima los tímpanos; la
contaminación auditiva es innegable. Junto a éstos hay vendedores de chácharas
que paradójicamente se instalan enfrente de los almacenes donde adquieren su
mercancía.
La plaza pública parece un mercado, aunado a esto huele a
orines y excremento cual baño público a la intemperie. Hay drogadictos y
homosexuales que acosan constantemente a los transeúntes. Hay anarquía total en
el zócalo porteño.
El mesero de un restaurante de pizzas ubicado frente al
kiosko, quien pidió omitir su nombre para evitar represalias, lamentó que la autoridad no ponga orden en la
plaza “Juan Álvarez”, dónde sólo hacen limpieza cuando el alcalde inaugurará
alguna feria, apadrinará a quinceañeras o una megaboda.
¿Y la seguridad?... pues parece que los policías tienen
la orden de esconderse cuando se está a punto de cometer alguno de los atracos
que ocurren diariamente a cualquier hora del día, según advierte la dependiente
de una tienda de abarrotes.
A punto de abandonar el zócalo, una joven que no rebasa
los 18 años se acerca al reportero y ofrece sus servicios para pasar “un buen
rato”. ¿Cuánto? —“Ponle doscientos varos papi… y nos vamos donde quieras”.
Por Víctor Álvarez Chávez
Junio/07/2011
www.libertadguerrero.net



0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.